En una emotiva historia de amor y dedicación, Kris Armstrong revolucionó las concepciones tradicionales de las relaciones familiares. Se convirtió en cuidadora de su exesposo, Brandon Smith. Él había sufrido un grave accidente automovilístico el 5 de noviembre de 2008 que lo dejó con una lesión cerebral traumática y una necesidad constante de atención.
La situación dio un giro cuando Kris halló un nuevo amor en James Armstrong, con quien conformó una familia que incluye a Brandon como un integrante de sus vidas. Demuestran que el amor y el compromiso pueden trascender incluso las circunstancias más desafiantes.
Brandon y Kris eran novios desde la secundaria. Se conocieron en la adolescencia, cuando Brandon tenía 15 años y Kris 16. En ese entonces ambos ya tenían el deseo de formar una familia. Cuando los dos tenían 21 años, en 2006, se casaron. Pero dos años más tarde la vida de los dos cambiaría para siempre.
La historia comenzó cuando una llamada telefónica informó a Kris sobre el accidente de Brandon. En ese momento los médicos ni siquiera pudieron confirmarle si seguiría vivo. La gravedad de las heridas de Brandon lo dejaron en un coma del cual despertó dos meses después. Presentó una amnesia postraumática severa que demandaba cuidado constante. Kris dijo a la cadena de televisión estadounidense CBS news: “Pasé de ser esposa a cuidadora”. Fue un cambio que no sólo transformó su rol dentro la relación sino también su perspectiva sobre lo que significa amar y comprometerse en la salud y en la enfermedad.
En 2010 Kris decidió divorciarse para convertirse en la tutora legal de Brandon. Pero la decisión no estuvo exenta de dolor y dilemas morales profundos. Sin embargo, lejos de significar un abandono, este acto reflejó un compromiso inquebrantable con el bienestar de Brandon. Ella afirmó a la revista estadounidense People: “Sabía que lo amaba muchísimo, quería cuidarlo y seguir en su vida”.
Kris, además, tuvo que convencer al juez de que podría ser la tutora a pesar de estar divorciándose de Brandon al mismo tiempo. Había dicho:“Lo llevé a las citas, lo defendí. Lo visitaba casi a diario. Me ocupaba de los asuntos financieros y administraba toda su atención médica”. Y luego agregó: “El juez me preguntó: ‘¿Qué harás si algún día tienes una familia? ¿Podrás cuidar de Brandon? ¿Qué pasará entonces?’ y le respondí que nada iba a cambiar”. Dicho y hecho.
Kris conoció a James en 2014 y su vida tomó un vuelco esperanzador. Lejos de ser disuadido por las complejidades que presentaba la situación, admiró aún más a Kris por su enorme corazón. James y Kris se casaron el 5 de septiembre de 2015. Y él se convirtió rápidamente en un pilar de apoyo. Kris dijo: “James ha amado 100% a Brandon, lo ha cuidado y ha sido amable con él”. Destacó la naturaleza compasiva de su segundo esposo. Desde el primer contacto entre James y Kris, ella dejó en claro que Brandon es parte de su vida y que él debería aceptarlo.
James, sobre el momento en que conoció a Brandon, confesó: “Mi corazón se derramó hacia él al verlo en una silla de ruedas, incapaz de cuidar de sí mismo y mentalmente ausente en su mayor parte. Espero que no me vea como el que se ha llevado a su esposa, pero en realidad no puede verbalizar nada”.
James era padre soltero de un hijo varón que hoy tiene 14 años. Con Kris tuvieron dos hijas, hoy de 4 y 5 años. Los tres hijos llaman tío a Brandon y tienen una gran relación con él. Kris dijo: “Les encanta acurrucarse con él en el sofá cuando están juntos en la casa”. Los seis forman una familia atípica. Pero encontraron la forma de vincularse y desarrollarse como una familia tradicional.
La historia de Kris y Brandon, complementada con el apoyo incondicional de James, capturó la atención de millones de personas a través de TikTok (@followmetothemouse). En esta red social Kris comparte su vida diaria y convierte su testimonio en una fuente de inspiración y esperanza para quienes enfrentan situaciones similares. Kris contó: “Descubrí que cuando conozco gente, cuando comparto mi historia y ellos comparten la suya, es una forma de conectarme. Es una forma de compartir esperanza”. Una historia que trasciende el ámbito personal para convertirse en un mensaje universal de amor, resiliencia y adaptación.