Joy Ryan, de 94 años, junto con su nieto Brad Ryan, de 42, emprendieron una aventura alrededor del mundo con el objetivo de visitar todos los continentes. Joy ganó un reconocimiento el año pasado por convertirse en la persona de mayor edad en recorrer los 63 Parques Nacionales de Estados Unidos y ahora la dupla se embarca en una travesía un poco más ambiciosa.
En una conversación con CNN Travel, revelaron haber visitado ya tres continentes, que incluyen importantes parques nacionales en Canadá, Kenia, Ecuador y Chile.
La iniciativa de Brad de llevar a su abuela a conocer las maravillas naturales más allá de las fronteras estadounidenses, surge tras una década de distanciamiento debido a una disputa familiar. Sin embargo, esta separación se transformó en un vínculo inquebrantable después de reconectar en 2010.
La primera expedición que hicieron juntos fue en 2015 al Parque Nacional de las Grandes Montañas Humeantes. Allí fue donde Joy, de entonces 85 años, ascendió por primera vez a una y eso marcó el inicio de sus aventuras. Su primer desafío fue con recursos limitados y se sostenían a base de fideos ramen. Con el tiempo, lograron conseguir patrocinios que les facilitaron continuar con sus viajes de manera más holgada.
Brad reconoce que la inclusión de su abuela enriqueció la percepción de sus viajes y le permitió apreciar hasta los más mínimos detalles de la naturaleza y la aventura. Abuela y nieto compartieron diversas actividades, desde ver géiseres en Yellowstone hasta hacer rafting en Alaska y mostraron que la edad no limita el espíritu aventurero.
A pesar de enfrentarse a desafíos físicos y económicos, Joy enfatiza su buena salud y disposición para seguir explorando el mundo. ”Me hace pensar en las posibilidades en lugar de en las limitaciones”, dice Brad y destaca la manera en que su abuela cambió su percepción sobre el envejecimiento.
A través de sus viajes, Joy demostró una notable resistencia física, enfrentándose a safaris, caminatas y hasta se adentraba en la rica biodiversidad de lugares tan remotos como las Islas Galápagos y Kenia, donde se maravillaron con las tortugas gigantes y la vida silvestre.
”No todos tienen la suerte de tener un nieto dispuesto a arrastrarlos por el mundo”, dice Joy, quien manifiesta vigor y optimismo. A pesar de las inevitables diferencias, la dupla encontró en sus viajes un lenguaje común y una fuente inagotable de temas de conversación.
Hacia Oceanía
Abuela y nieto planean su próxima parada en Australia, y eventualmente Asia y Europa. Antártida, con sus desafíos logísticos, se perfila como el gran final de la aventura. “Me detengo para tomar un descanso de vez en cuando”, comenta Joy, y evidencia su determinación a pesar de ciertos problemas físicos.
“La lente a través de la cual ella ve el mundo es muy diferente a la de la mayoría de las personas de mi edad. Ella no visita un lugar pensando: ‘Bueno, volveré’, así hay más presencia”, dice Brad.
Brad también describe cómo la abuela Joy -hace tres años- se tiraba por tirolesa en el Parque Nacional y Reserva New River Gorge en Virginia Occidental y rafting en el Parque Nacional Wrangell St. Elias en Alaska.
“Creo que todos tenemos este tipo de temor innato a envejecer y pensamos en las limitaciones en lugar de las posibilidades. Ella (la abuela Joy) nos recuerda las posibilidades que aún existen”, dice Brad Ryan.
Joy Ryan y su nieto Brad continúan su aventura global. Cada destino representa un nuevo capítulo en su inspiradora travesía, que comparten con seguidores a través de Instagram en la cuenta @grandmajoysroadtrip y demuestra que la edad no es un límite para la exploración del mundo.