El presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó el miércoles que Israel no está dejando entrar a Gaza la ayuda humanitaria necesaria para atender a la población del enclave palestino, afectada por el conflicto con el grupo islamista Hamas.
Biden sostuvo en una rueda de prensa en la Casa Blanca que la cantidad de ayuda que llega a Gaza “no es suficiente”, luego de mantener una tensa llamada con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Estados Unidos está lanzando desde hace algún tiempo suministros desde aviones sobre Gaza, mientras la ONU reclama a Israel que la vía terrestre es esencial para entregar la asistencia adecuada a la población.
Por su lado, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró este miércoles que Israel habilitará un nuevo cruce en el norte de la Franja de Gaza “lo más pronto posible” con el objetivo de incrementar la entrada de ayuda humanitaria.
En una rueda de prensa con medios internacionales celebrada en Tel Aviv, Gallant especificó que este punto de entrada en la parte norte busca aumentar el flujo de ayuda llegada desde Jordania, que hace frontera con Israel.
Además, reiteró que el puerto de Ashdod será habilitado y que la cooperación con Jordania y con organizaciones internacionales se verá incrementada.
“Estos avances tienen un impacto directo en el flujo de ayuda: planeamos inundar Gaza con ayuda y esperamos llegar a 500 camiones por día”, dijo Gallant, una cifra que era habitual antes de la guerra, según la ONU.
Israel anunció la semana pasada que abriría el paso Erez, cerrado desde octubre, y también que la actividad regresaría al puerto de Ashdod, en el sur del país, para el desembarco de suministros humanitarios tras la llamada telefónica que mantuvo con el presidente de Estados Unidos.
Pero según informó esta mañana la Radio del Ejército, el Ministerio de Defensa tiene previsto mantener cerrado el cruce de Erez y, en su lugar, abrir este nuevo cruce alternativo.
Se estima que al menos 300.000 personas están en riesgo de sufrir hambruna en el norte de la Franja, donde la llegada de suministros y ayuda humanitaria se ve enormemente dificultada por el cierre de pasos fronterizos y la destrucción de las carreteras del enclave.
El mensaje de Biden se produjo después del ataque israelí contra un convoy de la ONG World Central Kitchen (WCK) que mató a siete trabajadores humanitarios y que, hoy, Gallant calificó de “grave error” comparándolo con la muerte de los tres rehenes israelíes, muertos por disparos del Ejército el pasado 15 de diciembre.
Gran parte de la comunidad internacional lleva semanas presionando a Israel para que entre más ayuda humanitaria en Gaza, ya que durante gran parte de la guerra solo siguen abiertos dos de los siete pasos fronterizos: el de Kerem Shalom, en territorio israelí, y el de Nitzar-Rafah, del lado egipcio.
Ambos pasos se encuentran en el sur del enclave, lo que dificulta la llegada de ayuda a la zona norte, donde los problemas asociados con la malnutrición se han disparado entre mujeres y niños de manera preocupante, según denunció UNICEF.
“Para mí el envío de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza ha sido algo prioritario desde el primer día de guerra, pero no está siendo fácil convencer a la población israelí de que en Gaza no todos son el enemigo”, indicó Gallant.
Según datos de Defensa, más 21.638 camiones han entrado a la Franja -unos 116 diarios de media- y se han repartido más de 3.608 paquetes por vía área desde octubre, una iniciativa alentada por la comunidad internacional y que tanto la ONU como organismos humanitarios tildan de ineficiente.
Gallant también mencionó la posible ofensiva terrestre de la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja, donde 1,4 millones de personas desplazadas malviven hacinadas.
“Sí o sí, entraremos en esta ciudad, tenemos que garantizar que no quede nada de Hamas”, reiteró el ministro. Pero indicó que “darán tiempo” a los civiles para que puedan evacuar dicha urbe y desplazarse a lugares más “seguros”.
(Con información de AFP y EFE)