El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió sobre la existencia de una alianza entre potencias autoritarias que trabaja de manera cada vez más estrecha en pos de debilitar el orden democrático mundial. En consecuencia, agregó en diálogo con la BBC, el mundo se ha vuelto “mucho más peligroso, mucho más impredecible y mucho más violento”.
En sus declaraciones, que serán publicadas en su totalidad este domingo, el funcionario mencionó a Irán, Corea del Norte, Rusia y China como las principales naciones enemigas que atentan contra Occidente aunque destacó el caso de las últimas dos, cuyo acercamiento en los últimos años ha sido significativo.
Desde que lanzó la guerra sobre Ucrania, el Kremlin se vio obligado a recurrir a sus aliados para continuar con sus operaciones, dado que gran parte del mundo le dio la espalda en condena por sus acciones. Así, los diálogos e intercambios entre Vladimir Putin y Xi Jinping se retomaron con más fuerza y permitieron a los mandatarios seguir consolidándose en el poder.
“China está apuntalando la economía de guerra rusa, entregando piezas clave a la industria de defensa y, a cambio, Moscú está hipotecando su futuro a Beijing”, sentenció.
Inclusive, Estados Unidos advirtió recientemente que China está intensificando su apoyo, proporcionando ahora imágenes por satélite, microelectrónica, máquinas herramienta para tanques, productos ópticos, propulsores para misiles y hasta cooperación espacial.
No obstante, el gabinete chino rechaza estas acusaciones, asegurando una postura de neutralidad en el conflicto e intentando restar importancia a esta amistad “sin límites”, según los propios mandatarios la describieron tiempo atrás.
Por su parte, sumó Stoltenberg, Rusia también es un actor fundamental en esta alianza, no sólo por su vínculo con Beijing sino también por su cooperación con Irán y Corea del Norte, a quienes proporciona tecnología a cambio de municiones y equipo militar para usar contra Kiev.
Es por ello que el funcionario insistió en la importancia de que la OTAN trabaje con países que vayan más allá de su esfera, como es el caso de Japón y Corea del Sur, para “hacer frente a esta alianza autoritaria más fuerte”.
En tanto se trabaja sobre este frente, la Alianza continúa apoyando a Ucrania en su lucha, proporcionando fondos y armas, clave para su defensa. Una de las metas principales en este momento es trabajar para poder alcanzar “algún tipo de compromiso” importante para el mes de julio, que incluya la entrega de financiamiento a largo plazo para el país.
Puntualmente, el bloque aspira a proveer 100.000 millones de euros a Kiev durante los próximos cinco años, que permitirán fortalecer sus posiciones actuales en el campo de batalla y, a su vez, contribuir a la reconstrucción del país una vez acabado el conflicto bélico.
“Incluso si creemos y esperamos que la guerra termine en un futuro próximo, igual necesitamos apoyar a Ucrania durante muchos años para construir sus defensas y evitar futuras agresiones”, señaló al respecto.
“Al final, tiene que ser Ucrania quien decida qué tipo de compromisos está dispuesta a hacer, necesitamos permitirle estar en una posición en la que realmente logre un resultado aceptable en la mesa de negociaciones”, agregó.
(Con información de EFE y Europa Press)