Los servicios secretos ucranianos afirmaron este sábado haber destruido un oleoducto utilizado para transportar derivados del petróleo al puerto ruso de Azov, situado en la desembocadura del río Don y cerca del mar del mismo nombre.
Según un comunicado de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (GUR), en la noche del viernes se dañó el oleoducto en las inmediaciones de la ciudad de Azov, situada en la región de Róstov, fronteriza con Ucrania.
“La carga de petroleros con derivados del petróleo ha sido suspendida de forma indefinida. La infraestructura era empleada por el Estado agresor con fines militares, para apoyar la guerra genocida contra Ucrania”, afirma la nota.
La GUR publicó además un video nocturno de unos pocos segundos en el que se ve y se escucha una fuerte detonación, aunque no es posible identificar el emplazamiento.
Ante la escasez de armamento y de personal, en los últimos tiempos la estrategia ucraniana se ha concentrado en los ataques con drones contra infraestructuras militares y energéticas en territorio ruso.
El martes pasado, la GUR y el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) reivindicaron un ataque con drones de largo alcance contra una refinería de petróleo en la república rusa de Tatarstán, una de las cinco mayores del país.
En otro orden, Ucrania confirmó este viernes nuevos ataques rusos sobre el sur del país, precisamente en la región de Zaporizhzhia, que dejaron por lo menos cuatro muertos y 20 heridos.
El jefe de la Administración Militar local, Iván Fedorov, informó que cuatro personas estaban en estado grave -entre ellas un niño de nueve años y su madre y una periodista de la agencia Ukrinform- mientras que se registraron daños en un edificio de tres pisos, un establecimiento industrial y una cafetería.
Sin embargo, Fedorov resaltó en su mensaje que lo más “significativo” de este último episodio fue la metodología de las maniobras, que exponen el desprecio del Kremlin por la vida de los ucranianos.
Según el Gobernador, las ofensivas se dieron en tandas: primero, dos misiles impactaron en la ciudad y unos 40 minutos más tarde, cuando en la zona ya trabajaban efectivos de emergencia y seguridad, las Fuerzas Armadas rusas dispararon nuevos proyectiles.
Esta estrategia puso en riesgo la vida de los voluntarios y periodistas que se habían acercado para cubrir lo ocurrido e interrumpió las tareas de rescate y asistencia urgentes.
Algo similar ocurrió en la región de Kharkiv, confirmó el ministro del Interior ucraniano, Igor Klimenki, aunque allí no se informó de víctimas mortales sino sólo de heridos.
(Con información de agencias)