Cómo es la fábrica de drones Shahed donde Ucrania hizo su ataque más profundo en territorio ruso

La planta es parte de un multimillonario acuerdo armamentístico de Rusia con Irán y podría producir 6.000 aviones no tripulados para el verano de 2025. Putin quiere usarlos para demoler la resistencia de Kiev a la invasión

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Un ataque ucraniano con drones en la región central rusa de Tartarstán alcanzó este martes un edificio de un parque empresarial en la ciudad de Yelabuga y una refinería de petróleo en Nizhnekamsk, ambas a unos 1.100 kilómetros de la frontera común entre ambos países.

El ataque, que hirió a más de una docena de personas, sería uno de mayor alcance llevados a cabo con drones por las fuerzas de Kiev desde el inicio de los combates en febrero de 2022.

Fuentes de Defensa en Kiev declararon a la AFP que Ucrania estaba detrás de los ataques, que, según ellas, afectaron a una instalación de ensamblaje de drones explosivos Shahed de diseño iraní que ha sido tema de conversación entre observadores militares desde hace varios meses.

Kiev envió drones a Tatarstan, al sur de Moscú

La planta de drones

La fábrica fue parte de un multimillonario acuerdo armamentístico de Rusia con Irán que vio la luz en noviembre de 2022. En aquel momento, se especuló con que la instalación se encargaría de producir 6.000 Saheds para el verano de 2025, suficientes para paliar la escasez crónica de vehículos aéreos no tripulados (UAV en inglés) en el frente del ejército ruso.

Rusia se está centrando en la producción en masa del Shahed-136, que tiene un alcance superior a los 1.000 kilómetros y puede atacar a gran profundidad detrás de la línea del frente.
Rusia se está centrando en la producción en masa del Shahed-136, que tiene un alcance superior a los 1.000 kilómetros y puede atacar a gran profundidad detrás de la línea del frente.

Rusia estableció la planta de ensamblaje de Tatarstán en abril de 2023, aunque el esfuerzo de fabricación utilizó inicialmente componentes exclusivamente iraníes. Según el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, con sede en Washington, en agosto de ese mismo año la planta rusa había “reensamblado drones suministrados por Irán y fabricaba sólo cuerpos de drones, y probablemente para no más de 300” aparatos.

La versión negra sería optimizada para operaciones nocturnas.
La versión negra sería optimizada para operaciones nocturnas.

Sin embargo, ni las autoridades rusas ni las iraníes hablaron sobre la fábrica y su actividad quedó envuelta en el hermetismo: sólo se vieron imágenes satelitales que mostraron que la construcción en la planta coincidía “directamente” con un plano filtrado de la estructura que el Washington Post había proporcionado a principios de ese año.

El avance de la construcción de Alabuga para establecer una línea de producción de drones. Planos preliminares de una parte de la cadena de montaje de drones
El avance de la construcción de Alabuga para establecer una línea de producción de drones. Planos preliminares de una parte de la cadena de montaje de drones

La cadena de montaje

Hasta que, a principios de marzo, apareció en canales militares rusos y ucranianos un vídeo que mostró la cadena de montaje de la planta con afirmaciones de que se estaban produciendo en masa los drones Shahed de origen iraní para lanzarlos contra Ucrania.

El vídeo, de 17 segundos de duración, mostró supuestamente la fábrica establecida en Yelabuga atacada este martes.

En el vídeo pueden identificarse varios ejemplares del Shahed-136 iraní, que llevan el nombre ruso “Geran” en cirílico en las alas.
En el vídeo pueden identificarse varios ejemplares del Shahed-136 iraní, que llevan el nombre ruso “Geran” en cirílico en las alas.

Las imágenes y las líneas de montaje visibles parecen mostrar que Rusia se está centrando en la producción en masa del Shahed-136, que tiene un alcance superior a los 1.000 kilómetros y puede atacar a gran profundidad detrás de la línea del frente.

En el vídeo pueden identificarse varios ejemplares del Shahed-136 iraní, que llevan el nombre ruso “Geran” en cirílico en las alas.

Estos aviones no tripulados cuentan con estabilizadores verticales que se extienden por encima y por debajo de las puntas de las alas y son en general más grandes que el Shahed-131, otra versión del dron en el que los estabilizadores no se extienden por debajo de las puntas de las alas. Ambos tipos, procedentes de líneas de producción iraníes, han sido utilizados por Rusia en su guerra de Ucrania, pero el esfuerzo de producción de Moscú parece centrarse, por ahora, en el más grande y de mayor alcance Shahed-136.

Un Shahed-136 durante un ataque a Kiev en octubre de 2022 (REUTERS/Roman Petushkov/archivo)
Un Shahed-136 durante un ataque a Kiev en octubre de 2022 (REUTERS/Roman Petushkov/archivo)

Al parecer, los aviones no tripulados que aparecen en el vídeo y en las fotos están todavía en fase de montaje, sin sus unidades de propulsión o aviónica.

El video también muestra dos colores diferentes de fuselajes de los drones, unos en gris claro y otros en un tono gris oscuro-carbón. Este último, también visto en los Shaheds de producción iraní, sería la versión optimizada para operaciones nocturnas, según sitios especializados en armamentos.

Estos aviones no tripulados cuentan con estabilizadores verticales que se extienden por encima y por debajo de las puntas de las alas
Estos aviones no tripulados cuentan con estabilizadores verticales que se extienden por encima y por debajo de las puntas de las alas

Según expertos militares como John Hardie, los “Shaheds nocturnos” rusos incluso podrían emplear algún tipo de materiales o revestimientos antirradar, para ayudar también a evadir los radares.

Otra mejora que se ha producido en la producción rusa es una estructura en materiales compuestos que probablemente ayude a la producción en masa.

En cuanto a los costos de producción, se cree que el costo unitario de un Shahed de fabricación rusa comenzará en torno a los 50.000 dólares, con la posibilidad de que el precio se reduzca sustancialmente con el tiempo. Aun así, la cifra de partida es comparable a los costos mucho más elevados que supone la adquisición de misiles balísticos o de crucero que podrían utilizarse para atacar objetivos ucranianos.

El costo unitario de un Shahed de fabricación rusa comenzará en torno a los 50.000 dólares
El costo unitario de un Shahed de fabricación rusa comenzará en torno a los 50.000 dólares

Ataques a civiles e infraestructura

La capacidad de producción de la planta rusa es objeto de controversia. Mientras que la inteligencia ucraniana ha afirmado que Rusia puede producir entre 300 y 350 Shaheds al mes, lo que concuerda con el volumen de ataques observado, algunos blogueros militares prorrusos creen que la producción pronto ascenderá entre 1.500 y 2.000 unidades al mes.

Algunos expertos militares afirman que las carrocerías del Shahed son las más fáciles de fabricar en serie. Sin embargo, todo lo demás, incluido el motor y la electrónica, es más complejo y difícil de obtener, sobre todo porque Rusia sigue estando sometida a sanciones internacionales.

Y los Shahed, como muchas otras armas rusas, dependen en gran medida de componentes electrónicos extranjeros.

Aún así, fuentes ucranianas han informado recientemente de que la fábrica hará la transición completa a componentes rusos en algún momento del próximo año.

Pese a lo problemas, según el informe de 2023 del Washington Post, “la nueva fábrica de drones en expansión podría ayudar a Rusia a preservar su menguante suministro de munición de precisión, frustrar los esfuerzos de Ucrania por retomar los territorios ocupados y hacer avanzar drásticamente la posición de Moscú en la carrera armamentística de drones que está rehaciendo la guerra moderna”.

El uso por Moscú de los drones de diseño iraní ha provocado una destrucción generalizada en gran parte de Ucrania.  (Yasuyoshi CHIBA / AFP)
El uso por Moscú de los drones de diseño iraní ha provocado una destrucción generalizada en gran parte de Ucrania. (Yasuyoshi CHIBA / AFP)

De esta amenaza, probablemente, surgió la decisión de Ucrania de atacar esta fábrica clave. Según el servicio de prensa del líder tártaro Rustam Minnikhanov, sin embargo, los ataques “no causaron daños serios ni afectaron el trabajo de las fábricas”.

Lo cierto es que, ncluso antes de la perspectiva de un mayor número de drones del tipo Shahed saliendo de la cadena de producción rusa, el uso por Moscú de los drones de diseño iraní ha provocado una destrucción generalizada en gran parte de Ucrania.

Los aviones no tripulados rusos han atacado tanto a la población civil como la infraestructura de energía crítica. Los aviones no tripulados también se han utilizado para perturbar los esfuerzos de Kiev para exportar grano, incluidos los ataques a los puertos ucranianos en el río Danubio.

A la vez, Kiev no se quedó mirando. Al contrario, ha desarrollado recientemente drones que pueden volar más de 1.000 kilómetros, según declaró al diario alemán Welt el ministro ucraniano de Asuntos Digitales, Mykhailo Fedorov, que participa en el programa de aviones no tripulados del país, en una entrevista publicada el lunes.

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