El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, será operado este domingo de una hernia, que le fue descubierta durante un chequeo rutinario el sábado.
En un comunicado, la oficina del primer ministro israelí explicó que la operación se realizará bajo anestesia general esta noche.
Durante su ausencia, realizará sus labores el viceprimer ministro y ministro de Justicia de Israel, Yariv Levin.
El primer ministro israelí, de 74 años de edad, ya tuvo que someterse a una cirugía el pasado julio para que le implantaran un marcapasos tras sufrir un desvanecimiento.
Como en aquel momento, Netanyahu se enfrenta a una complicada coyuntura política, agravada ahora por la guerra entre Israel y Hamas y las renovadas tensiones en la frontera con Líbano.
Más protestas y pedidos de renuncia
Esta misma noche, está previsto que comience en Jerusalén una protesta de cuatro días contra el Gobierno que por primera vez incluirá también a las familias de los rehenes secuestrados por Hamas en la Franja de Gaza, y que pedirá a la clase política un acuerdo para liberar a los cautivos y la convocatoria de nuevas elecciones.
Los manifestantes comenzarán a las 18.15 hora local (15.15 GMT) una marcha por el barrio de Givat Ram -donde se encuentran las estructuras del poder de Israel- hasta la Knéset (Parlamento), donde planean acampar durante cuatro días, en los que también se celebrarán protestas nocturnas.
Entre los oradores que participan en las protestas se incluyen el jefe de la oposición Yair Lapid; familiares de víctimas y rehenes de Hamas; así como Moshe Radman, uno de los líderes de las protestas contra la reforma judicial que coparon las calles de Israel todo 2023, movimiento que ahora se funde con el de las familias de los cautivos para pedir elecciones anticipadas en el país.
Incluso el Foro Empresarial de Israel, que aglutina a las 200 firmas más grandes del país y la mayoría de los trabajadores del sector privado, anunció este domingo que da carta blanca a sus empleados para ausentarse del trabajo y acudir a las protestas antigubernamentales de esta semana.
Además, decenas de empresas tecnológicas, pujante sector bandera de la economía israelí, también han dicho que sus empleados pueden unirse a las protestas sin sanciones.
Anoche, decenas de miles de personas participaron en protestas masivas en todo el país, mientras las manifestaciones semanales de las familias de los rehenes en Tel Aviv dieron un giro dramático cuando los oradores llamaron a los asistentes a “salir a las calles” y unirse a los manifestantes antigubernamentales en el corazón de la ciudad.
Hasta ahora, ambos colectivos mantenían protestas semanales cada sábado, pero por separado, ya que hasta ahora las familias preferían reclamar solo un acuerdo de liberación de rehenes, sin más connotaciones políticas.
“Las manifestaciones terminaron, las protestas acaban de comenzar”, tuiteó el portavoz del Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas, Haim Rubinstein.
La policía llevó a cabo anoche más de una decena de arrestos y desplegó cañones de agua para dispersar las protestas en Tel Aviv, donde algunos manifestantes bloquearon las principales carreteras.
También hubo enfrentamientos con la policía en Jerusalén, donde unos 200 manifestantes rompieron las barreras policiales para manifestarse a unos 100 metros de la residencia oficial del primer ministro; así como frente a su casa de vacaciones particular en Cesárea, en la costa mediterránea, donde le pidieron en ambos casos que dimitiera.