Noa Argamani, de 26 años, fue secuestrada el 7 de octubre del festival de música Nova. Se la llevaron en una moto, flanqueada por dos terroristas de Hamas mientras gritaba, suplicaba por su vida y miraba con ojos de desesperación cómo también se llevaban a su novio, Avinatan Or. El escalofriante video se hizo viral.
La joven es una de las 19 mujeres secuestradas ese día que sigue en cautiverio en Gaza. Lleva meses como rehén de Hamas.
Su madre Liora Argamani tiene cáncer cerebral en estadío 4 y en estos más de 175 días desde que se llevaron a su hija su salud empeoró vertiginosamente. Su condición ya era grave pero, como dicen sus médicos, el dolor por el secuestro de Noa aceleró el proceso.
“Mi tiempo está contado entre la vida y la muerte. Quiero verla una vez más. Hablar con ella una vez más”, dice como puede mirando a cámara en un video grabado por el grupo de familiares de rehenes secuestrados el 7 de octubre, Bring Them Home.
“No me queda mucho tiempo en este mundo. Puede ser mi último deseo. Le ruego de verdad que por favor me ayude”, le pide desesperada al presidente norteamericano Joe Biden.
Todavía hay 134 rehenes israelíes en cautverio, 19 son mujeres aunque, según la información de inteligencia, se presume que sólo 14 de ellas estarían vivas.
El último dato de Noa se conoció el 14 de enero pasado cuando el grupo terrorista difundió uno de sus macabros videos de propaganda en el que la joven aparece hablando a cámara. En el clip están otros dos rehenes Yossi Sharabi e Itay Svirsky. Pero días después, el propio Hamas informó que los dos hombres secuestrados habían muerto en cautiverio.
Crímenes sexuales
El día que se llevaron a Noa, Hamas masacró a 1.200 personas, entre ellas a 300 mujeres y cada vez hay más evidencias de que uno de los objetivos de los terroristas era cometer crímenes sexuales contra la población israelí.
Los propios terroristas de Hamas se grabaron violando mujeres, mutilándolas y ejecutándolas.
Después de meses de reclamo israelí para que la ONU se pronunciara, decenas de imágenes de abusos tomadas por los terroristas, y tras una visita de 17 días a Israel, el 4 de marzo pasado la representante especial de las Naciones Unidas, Pramila Patten, sobre la violencia sexual en los conflictos finalmente informó que existe “información clara y convincente” de que se cometieron “violaciones y torturas sexualizadas” durante los ataques del 7 de octubre.
Patten añadió que también hay motivos razonables para creer que dicha violencia, que incluye otros “tratos crueles, inhumanos y degradantes”, puede continuar contra quienes siguen retenidos por Hamas y otros extremistas en la Franja de Gaza.
La advertencia de Patten y los testimonios de las rehenes liberadas en la tregua de noviembre de 2023 no hacen más que confirmar que Noa y las otras mujeres que permanecen secuestradas en Gaza pueden estar siendo objeto de abusos sistemáticos.
El 26 de marzo pasado, en un testimonio desgarrador sobre los días que estuvo secuestrada por Hamas en Gaza, la rehén liberada Amit Soussana, una abogada israelí de 40 años, habló públicamente por primera vez de su experiencia de secuestro y detalló la violación, los abusos sexuales y la tortura que sufrió en cautiverio.
En un testimonio escalofriante a The New York Times describió cómo su captor la sometió a punta de pistola y cómo la hostigó cada segundo de su calvario.
El de Soussana fue el primero de los brutales casos que se hicieron públicos tras la liberación del grupo de mujeres y niños rehenes en noviembre pasado, y su valiente declaración se suma a los testimonios recopilados por las autoridades israelíes que revelan violaciones colectivas e, incluso, cómo ejecutaron a algunas de sus víctimas mientras las ultrajaban.
La reservista del ejército Shari Mendes describió ante la ONU los hallazgos de los expertos que identificaron y prepararon para el entierro los cuerpos de las mujeres víctimas de la masacre de Hamas. “Había mujeres baleadas en la entrepierna, la vagina y los pechos. A menudo era imposible mostrar los rostros a las familias, creemos que mutilar los rostros de estas mujeres fue uno de los objetivos principales de los asesinatos”, reveló.
Las expresiones de agonía sobrevivieron a sus muertes: “Los cuerpos de estas mujeres llegaron con los ojos abiertos, la boca haciendo muecas, los puños cerrados”.
Simcha Greinman, voluntario que ayudó a recoger los restos de las víctimas del 7 de octubre dio más detalles: “El cuerpo de una mujer tenía clavos y diferentes objetos en los órganos femeninos”.
Yoni Saadon, de 39 años, sobrevivió a la masacre del 7 de octubre. Escondido bajo el escenario del festival de música Nova vio cómo los terroristas de Hamas violaban y mataban mujeres: “Vi a esta mujer con cara de ángel y a ocho o diez de los terroristas golpeándola y violándola. Ella gritaba: ‘¡Paren, ya voy a morir por lo que están haciendo, mátenme!’. Cuando terminaron se estaban riendo y el último le disparó en la cabeza”.
“Escondido también vi a otros dos terroristas que habían atrapado a una joven cerca de un coche y ella se resistía, no dejaba que la desnudaran. La tiraron al suelo y uno de los terroristas tomó una pala y la decapitó, y su cabeza rodó por el suelo”, contó en declaraciones al diario británico The Times.
La Asociación de Centros de Crisis por Violación de Israel (ARCCI) difundió un informe sobre el 7 de octubre en el que asegura que hubo múltiples autores de crímenes sexuales, que las agresiones se llevaron a cabo delante de los familiares de las víctimas y en medio de asesinatos, y que se produjeron prácticas singularmente sádicas.
“La violencia sexual fue cometida de forma sistemática y deliberada por los terroristas dirigidos por Hamas el 7 de octubre y se ha seguido perpetrando contra los rehenes retenidos en Gaza”, advierte el informe.
Según la investigación, los abusos sexuales se llevaron a cabo en cuatro ámbitos: la embestida contra el festival Nova, contra las comunidades cercanas a la frontera de Gaza (los kibutzim), contra las bases militares y, actualmente, contra los rehenes retenidos en Gaza.
El informe detalla múltiples casos de violaciones en grupo por parte de terroristas.
La investigación afirma que las violaciones se llevaron a cabo con frecuencia “delante de los cónyuges, familiares o amigos de las víctimas”.
Los testimonios incluyeron afirmaciones de que hombres armados de Hamas apuñalaron repetidamente a una mujer herida mientras la violaban; que a las víctimas les insertaron clavos, granadas y cuchillos en sus órganos sexuales; y cómo los sobrevivientes que huyeron del festival fueron testigos de “niñas cuyas pelvis simplemente estaban rotas por haber sido violadas tanto”.
Hombres y mujeres jóvenes que huían del festival Nova fueron “cazados” y arrastrados por el pelo, gritando, según los testimonios de testigos. En la mayoría de los casos, fueron asesinadas después o durante la violación.
Raz Cohen y Shoham Gueta, sobrevivientes que se escondieron de Hamas en el festival, dijeron que vieron a terroristas violando a una joven mientras la apuñalaban repetidamente, “literalmente masacrando”.
Y varios testigos informaron haber visto hombres a los que les habían disparado en los genitales o les habían cortado órganos sexuales.
Tras la masacre del 7 de octubre Israel lanzó una ofensiva sobre la Franja de Gaza que continúa. El objetivo, afirma el gobierno de Benjamin Netanyahu, es recuperar a los 134 rehenes que siguen en cautiverio. Un centenar fue liberado en un primer acuerdo alcanzado con la mediación de EEUU, Qatar y Egipto en noviembre de 2023. Sin embargo, las posibilidades de una nueva tregua se demoran desde entonces.
Mientras los 134 rehenes siguen retenidos en Gaza en condiciones durísimas, la muerte de civiles gazatíes aumenta de manera exponencial, alcanzado la alarmante cifra de más de 30.000 víctimas. Corroborar las estadísticas es cada vez más complicado por el dominio de Hamas sobre todo lo que sucede en Gaza, pero las imágenes de destrucción son elocuentes, elevando las alarmas sobre una cada vez más dura crisis humanitaria.
Los familiares de los rehenes exigen a Israel que alcance un acuerdo ya para recuperar a sus seres queridos y muchos, incluso el gobierno norteamericano, apunta contra lo que entiende es una intransigencia de Netanyahu para llegar a un pacto.
Del lado terrorista no hay voluntad. El jefe de Hamas, Yahya Sinwar, utiliza a los rehenes como su escudo de protección y, según la información de inteligencia, mantiene en su escondite a un grupo de ellos para garantizar su supervivencia. Entregar a los rehenes es es el fin de su reinado.
Noa lleva 176 días secuestrada en Gaza. Liora lleva 176 días sin abrazar a su hija… El tiempo -a las dos- les juega en contra.