El pasado mes de septiembre Azerbaiyán tomó el control de la región de Nagorno Karabaj tras una brutal ofensiva de sus tropas y después de meses de imponer un bloqueo que llevó a la gente a sufrir por largos meses una grave crisis humanitaria. Como consecuencia del asedio azerí, casi toda la población civil -de enorme mayoría armenia- huyó hacia Ereván. El gobierno armenio acusó al régimen de Ilham Aliyev de haber perpetrado una limpieza étnica y cuestionó la actuación de las tropas de paz rusas que debían velar por la seguridad y la estabilidad en el Cáucaso Sur. Desde entonces, las relaciones entre Armenia y Rusia no pasan por su mejor momento.
“Los problemas que existen en la relación con Rusia son imposibles de esconder”, reconoció el canciller de Armenia, Ararat Mirzoyan, durante una entrevista que brindó a la prensa argentina en el marco de su visita a Buenos Aires y de la que participó Infobae.
Sobre el accionar de las fuerzas desplegadas por Moscú en los últimos años, afirmó: “Analistas consideran que en medio del conflicto con Ucrania, Rusia busca nuevas vías logísticas, y encontró la solución en la cooperación con Azerbaiyán y Turquía. Y en este escenario Karabaj sería el precio que había que pagar. También hay analistas que consideran que la posición agresiva de Azerbaiyán es promovida por Rusia (...) Pero todas estas son suposiciones, son teorías, y lo que nosotros tenemos como hechos es lo siguiente: en Nagorno Karabaj había una misión de paz rusa y la limpieza étnica se llevó a cabo sin su intervención”.
Mirzoyan recordó que las partes tienen obligaciones internacionales “que están escritas, ratificadas, y que existen”. En efecto, el 9 de noviembre de 2020, tras casi un mes y medio de intensos combates en la región de Karabaj, Armenia y Azerbaiyán firmaron un acuerdo de alto el fuego con la mediación de Rusia. Sin embargo, Bakú incumplió ese pacto, siguió adelante con el asedio sobre el pueblo armenio, y todo ante la mirada de las fuerzas rusas.
“En caso de no cumplir con esas obligaciones, toda la integridad de las relaciones bilaterales empieza a tener la necesidad de rever todo eso. Cuando los mecanismos de seguridad que están en vigor no funcionan en la práctica, como tuvo lugar en el caso del ataque contra las fronteras de la República de Armenia, las personas, los pueblos, en este caso la República de Armenia, se ven obligadas a considerar nuevos mecanismos de seguridad”, agregó Mirzoyan, quien remarcó que el deber de todo país es ocuparse y garantizar “la seguridad de sus ciudadanos y asegurar su integridad territorial”.
Ante ese panorama, en los últimos meses el gobierno de Armenia empezó a acercarse cada vez más a Occidente. El canciller comentó que por estos días se están profundizando las relaciones con la Unión Europea y destacó las labores de la misión que envió el bloque continental a la frontera con Azerbaiyán: “Actualmente las fronteras están siendo monitoreadas por una misión civil de la Unión Europea. Después de ese monitoreo, el nivel de seguridad y estabilidad ha aumentado notablemente”.
Y añadió: “Armenia está dispuesta a acercarse a la UE tanto cuanto la UE esté dispuesta a recibir a Armenia”.
Comentó, además, que su país está buscando “nuevos instrumentos de cooperación” con la UE, al margen de los acuerdos que ya existen, y afirmó que “con la OTAN tenemos un formato definido de cooperación”.
De hecho, la semana pasada el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, estuvo en Ereván. Una visita que fue seguida “con atención” por el gobierno de Putin. Pese a las insinuaciones rusas, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, sostuvo que para su país es importante reforzar su capacidad de defensa tras los “acontecimiento ocurridos” en la región, por lo que señaló que su gobierno está interesado en el desarrollo del actual diálogo político con la OTAN y el aumento de la cooperación con el bloque y sus países miembros.
Mirzoyan aclaró, no obstante, que la cooperación de su país con la OTAN no es similar al proceso que está siguiendo Ucrania y descartó que la intención sea unirse a la Alianza: “En nuestra agenda no está la intención de formar parte de la OTAN. Pero participamos en las misiones de paz de la OTAN; últimamente aumentamos el número de nuestras tropas que están en Kosovo, y hasta el último día también estuvimos en la misión de paz en Afganistán”.
El canciller armenio afirmó que, a pesar de los acercamientos con Occidente, el Gobierno busca también regular las relaciones con los países vecinos. En ese sentido, destacó la importancia de firmar un tratado de paz con Azerbaiyán mediante negociaciones, y normalizar las relaciones con Turquía.
Con relación a las conversaciones de paz con Bakú, explicó: “En las negociaciones se necesita un compromiso de ambas partes, sino no se logra la paz. Lamentablemente no podemos asegurar que Azerbaiyán tenga la misma posición, el mismo compromiso con este proceso. Y hay algunas cuestiones de base en las que las posiciones de ambas partes son muy distintas. Por ejemplo, la cuestión del mutuo reconocimiento de las fronteras, y eso nos hace pensar que Azerbaiyán no dio vuelta la página, no considera el tema cerrado y que tienen futuros planes con nuestro territorio”.
“En este momento no tenemos esa confianza de que Azerbaiyán tenga la intención de que haya paz”, reconoció el jefe de la diplomacia armenia.
Entre las cuestiones que están negociando las partes está el restablecimiento de una importante línea ferroviaria diseñada en tiempos soviéticos. Mirzoyan indicó que Azerbaiyán quiere su reconstrucción y Armenia también está interesada, ya que permitiría un intercambio comercial entre China hacia Europa. Sin embargo, Ereván no está de acuerdo con las condiciones exigidas por Bakú.
“Azerbaiyán quiere que por esta red ferroviaria estén militares del Ejército ruso, y también exige que las personas y las mercaderías que pasen por ese territorio de la República de Armenia lo hagan sin control alguno, sin control de aduana. Es decir, en el escenario en el que ellos se imaginan, de que no haya registros de entrada, de que no haya ningún control, y de que ese territorio sea supervisado por fuerzas de un tercer país significa que es un atentado a la soberanía de Armenia, lo cual es inadmisible para nosotros” aseveró.
Y agregó: “Durante más de 30 años la República de Armenia estuvo sometida a un bloqueo por parte de Azerbaiyán y por parte de Turquía. Por eso nosotros estamos a favor de que se desbloqueen las comunicaciones pero con algunas cuestiones y algunas condiciones; condiciones muy justas. Si se realiza un desbloqueo tiene que ser el que corresponde a la soberanía de los países; tienen que permanecer bajo la jurisdicción y la competencia de los países en que se encuentran las comunicaciones correspondientes”.
Por último, Mirzoyan se refirió al reciente anuncio de Pashinian sobre el congelamiento de la participación de su país en la alianza militar post soviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), liderada por Rusia, hasta que el bloque aclare su postura con respecto a Armenia.
“Cuando avisamos que se estaba llevando a cabo una agresión, dijeron que no estaba definido el territorio. Esto es un hecho muy importante, porque no solicitamos directamente asistencia militar, pedimos ante todo una intervención política, diplomática, y esto tampoco se hizo. Como mínimo pedimos que dejen claro que está habiendo un ataque contra Armenia en el Cáucaso Sur, y eso tampoco se hizo en el caso de la OTSC, una organización cuyo objetivo es asegurar, defender y proteger las fronteras de los países miembros. Cuando nosotros tuvimos esa necesidad, no se hizo. Por eso no hay sentido de seguir en esa organización. Sí, nuestra participación está congelada. Por el momento no fuimos más allá de eso, no discutimos la cuestión, pero no veo signos positivos de que la cuestión vaya para bien”, concluyó.