El Ministerio de Defensa Civil, Situaciones de Emergencia y Socorro de Rusia difundió este miércoles por la noche un nuevo balance del ataque del pasado viernes en el Crocus Music Hall en Moscú, elevando la cifra de muertos a 143. Asimismo, la última lista provista por la cartera de Salud apunta a un total de 200 heridos y unas 80 víctimas hospitalizadas -cuatro en estado crítico-.
Previamente, el ministro Mikhail Murashko había notificado de una cifra menor de fallecidos pero ese número rápidamente cambió luego de que se conociera la muerte de uno de los pacientes que estaba ingresado en un centro de salud.
El ataque del pasado viernes, poco antes de que iniciara un concierto en el lugar, fue reivindicado por el Estado Islámico, precisamente por la rama yihadista conocida como ISIS-K, cuyos cuatro supuestos miembros responsables de este incidente fueron detenidos. También, las autoridades rusas avanzaron con el arresto de otros ocho sospechosos.
El incidente duró unos 13 minutos: los atacantes llegaron a Krasnogorsk a bordo de un Renault Symbol blanco a las 19:58 hora local y dispararon indiscriminadamente y prendieron fuego el recinto entre aquel momento y las 20:11 horas. Luego, imágenes captadas por cámaras de seguridad de la zona muestran a los terroristas huyendo en el mismo vehículo en el que habían llegado, en dirección a las fronteras con Bielorrusia y Ucrania.
Casi 400 kilómetros más tarde, a la altura de Khatun, en Briansk, la Guardia Nacional, el FSB, la Policía y la milicia chechena interceptaron el auto y comenzaron a disparar contra él. Esto no impidió inmediatamente que se detuvieran pero sí los obligó a abandonar el carro unos 15 kilómetros más adelante y buscar refugio en un bosque de camino a Tepole.
Allí inició una dificultosa búsqueda que incluyó agentes de las fuerzas de seguridad, un dron y hasta un perro. Uno de los francotiradores logró ver en la oscuridad “la imagen de una persona en un árbol, con un telescopio térmico”, tras lo que se cortó la planta y se procedió con su captura.
El segundo terrorista fue perseguido y capturado por un capitán de la Policía en otra parte del bosque y los dos últimos fueron localizados en un barranco, acurrucados por el frío.
El presidente Vladimir Putin tardó en reconocer la autoría de ISIS en este atentado, ya que intentó utilizarlo a su conveniencia política, apuntando hacia Ucrania. Este lunes, sin embargo, habló al respecto y cedió ante las evidencias aunque sosteniendo su teoría contra Kiev.
“Sabemos que este crimen fue cometido por islamistas radicales con una ideología contra la que el mundo islámico ha estado luchando durante siglos. Sabemos quién cometió esta atrocidad contra Rusia y su gente. Lo que nos interesa es el patrocinador”, sostuvo durante una reunión con su gabinete que fue televisada.
“Es importante responder a la pregunta de ¿por qué los terroristas después de su crimen, intentaron irse a Ucrania? ¿Quién los esperaba allí?”, se preguntó a continuación.
Por su parte, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky tomó desde un primer momento distancia de estas acusaciones y, por el contrario, criticó la postura de su homólogo.
“Lo que ocurrió ayer en Moscú es totalmente previsible y Putin intenta echar la culpa a otros. Sus métodos son siempre los mismos, ya lo hemos visto antes. En lugar de ocuparse de sus ciudadanos rusos y dirigirse a ellos, Putin permaneció en silencio durante un día, pensando en cómo vincular esto con Ucrania”, señaló en un mensaje.
(Con información de AFP y Europa Press)