El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia anunció la convocatoria del encargado de negocios de la Embajada australiana en Moscú, Jeremy Guthrie, en protesta por un mensaje publicado en redes sociales en el que cuestiona la legitimidad de las elecciones presidenciales rusas en las regiones de Ucrania ocupadas por Rusia.
En el mensaje publicado en las redes sociales, el alto diplomático australiano calificó los comicios de “violación flagrante del derecho internacional”.
Rusia trasladó su “contundente protesta” por la publicación de un mensaje que “cuestiona la integridad territorial de la Federación Rusa y contiene información deliberadamente falsa sobre la votación en varias regiones rusas” durante las elecciones presidenciales celebradas entre el 15 y el 17 de marzo.
“Se ha trasladado al diplomático australiano que las acciones mencionadas previamente por parte de una misión diplomática serán tratadas como una injerencia en los asuntos internos de nuestro país”, señala Moscú.
Rusia apela así al cumplimiento del Artículo 41 de la Convención sobre las Relaciones Diplomáticas de Viena, de 1961, que obliga a la representación diplomática a respetar las leyes del país anfitrión y por tanto pide a la Embajada australiana “retirar su mensaje y adoptar medidas para que no se repitan incidentes similares”.
El texto ruso se refiere a un mensaje publicado en el canal de Telegram de la Embajada que reproduce en ruso un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores australiano y que denuncia que los comicios “no fueron libres, justos, incluyentes ni creíbles”.
Además destaca que estas “elecciones-farsa” se celebraron también “en territorios ucranianos”, lo que supone “un atentado contra la soberanía, integridad territorial e independencia política de Ucrania”.
Mensajes posteriores en la cuenta de Telegram de la embajada australiana también han sido críticos con las elecciones.
“Australia está profundamente preocupada por la exclusión deliberada de los auténticos candidatos de la oposición del proceso electoral, la falta de observadores independientes e imparciales, los informes creíbles de coacción de votantes y detención ilegal, y las pruebas de fraude y manipulación electoral”, señalaba uno de los mensajes.
Por su parte, la ministra australiana de Asuntos Exteriores, Penny Wong, calificó la votación de “insulto a la democracia”, palabras que también se volvieron a publicar en ruso en la cuenta de Telegram de la embajada, creada en febrero de este año.
Las tropas de Putin ocupan amplias zonas del sur de Ucrania desde que comenzó su invasión en 2022, y controlan la península de Crimea, que se anexionó en 2014.
La oposición rusa denunció la falsificación masiva en estas elecciones a través de la movilización forzosa de los empleados públicos, el fraudulento relleno de las urnas y la manipulación del escrutinio -los expertos independientes hablan de más de 20 millones de votos-, por lo que exigió a Occidente que no reconozca a Putin como presidente legítimo de Rusia.
Los países occidentales y la OTAN denunciaron, por su parte, que las elecciones rusas no fueron libres y se negaron a reconocer los resultados de la votación celebrada en las regiones ucranianas anexionadas por Moscú en septiembre de 2022.
Además, criticaron la ausencia de observadores occidentales y el hecho de que ningún candidato opositor partidario de la paz pudiera concurrir en las elecciones.
Putin pudo participar en las elecciones tras reformar en 2020 las cláusulas de la Constitución que le impedían continuar en el Kremlin, tras lo que podrá presentarse de nuevo a la reelección en 2030, para cuanto tendrá 77 años.
(Con información de Europa Press y EFE)