El atentado de hoy en Moscú que se adjudicó el Estado Islámico es un nuevo capítulo en el la ofensiva que el grupo terrorista lleva adelante en territorio ruso. El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia había frustrado el 7 de marzo un atentado planeado por una presunta célula del grupo terrorista Estado Islámico contra una sinagoga de Moscú.
“Se ha logrado suprimir las actividades de una célula terrorista internacional prohibida en Rusia, cuyos miembros estaban planeando un atentado terrorista contra una de las instituciones religiosas judías en Moscú”, afirmó la Inteligencia rusa en un comunicado hace dos semanas.
En esa línea, el FSB señaló que los presuntos implicados se encontraban en la provincia de Kaluga, donde los miembros de la supuesta célula han sido “neutralizados”. “Durante las investigaciones, se estableció que los milicianos preparaban ataques contra los asistentes a sinagogas mediante el uso de armas”, aclaró el FSB.
“Durante el arresto, los terroristas ofrecieron resistencia armada y, como resultado, han sido neutralizados por los agentes del Servicio Federal de Seguridad”, agregó el servicio de inteligencia .
Días antes, el 3 de marzo, seis presuntos miembros del grupo Estado Islámico murieron en un tiroteo en la inestable región rusa del Cáucaso Norte, en lo que el Comité Nacional Antiterrorista (CNA) del país describió como una “operación antiterrorista.”
Según un comunicado del CNA, a última hora de ese sábado, los seis hombres se atrincheraron en un apartamento de un tercer piso en Karabulak, una ciudad de unos 30.000 habitantes de la república semiautónoma rusa de Ingushetia. A continuación se produjo un tiroteo con los servicios de seguridad, se bloquearon las calles circundantes y se evacuó a los residentes del bloque de apartamentos a una escuela cercana.
En los vídeos publicados por los residentes de Karabulak en las redes sociales se escucharon intensos disparos y explosiones que parecían proceder del interior del bloque de apartamentos.
El CNS no dio inmediatamente el nombre de los presuntos militantes, pero dijo que tres de ellos estaban en la lista de personas buscadas por Rusia y que los seis habían participado en actos violentos, incluido un ataque a una unidad de la policía de tráfico el pasado mes de marzo en el que murieron tres agentes.
La rama local del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), la principal agencia de seguridad del país, anunció que se estaban tomando medidas de emergencia en las inmediaciones del edificio debido a una operación “antiterrorista” en curso. Las restricciones se levantaron poco después del mediodía del domingo.
La CNA afirmó que los servicios de seguridad encontraron armas automáticas, munición, granadas de mano y explosivos caseros en el interior del apartamento donde se escondían los hombres.
Los rebeldes islámicos han librado dos guerras a gran escala con las tropas rusas en Chechenia, región vecina de Ingushetia, en los últimos 20 años. Aunque la insurgencia ha sido reprimida en gran medida, persisten los ataques esporádicos.
Ingushetia también sufre frecuentes actos de violencia atribuidos a los insurgentes, y ambas regiones han sido escenario de disturbios tras la acción militar de Rusia en Ucrania y una orden de movilización profundamente impopular en septiembre de 2022.
(Con información de Europa Press, Reuters, EFE y AP)