Los mandatarios de la Unión Europea (UE) iniciaron este jueves una cumbre en Bruselas para retomar la discusión sobre el envío de armas a Ucrania, un asunto permanente en la agenda del bloque desde prácticamente el inicio del conflicto en ese país.
Después de dos años de guerra, las tropas ucranianas encuentran crecientes dificultades para contener a las líneas rusas, y por ello el gobierno de Kiev aumenta la presión de sus pedidos de ayuda.
“Aunque [el presidente ruso, Vladimir] Putin no ha ganado la guerra, lo cierto es que tampoco la ha perdido. Y si no aumentamos nuestro apoyo, en los próximos meses podría haber retrocesos”, expresó un diplomático europeo.
El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, advirtió el martes que una victoria rusa en Ucrania tendría consecuencias para todo el continente.
“Si Ucrania tuviera que rendirse, se instalaría un régimen títere en Kiev, y el pueblo ucraniano sería aplastado. El ejército ruso estará en nuestras fronteras y podemos estar seguros de que no se detendrá allí”, expresó.
La agenda de los dirigentes europeos tiene dos aspectos paralelos y simultáneos, y los dos exigen enormes cantidades de dinero: cómo financiar más armas para Ucrania y reforzar la industria europea de defensa.
Fondos rusos congelados
Para financiar armas, uno de los planes en discusión contempla utilizar los rendimientos de los fondos rusos congelados en la UE por fuerza de las sanciones adoptadas en 2022.
Los funcionarios europeos estiman que en la Unión Europea hay el equivalente de unos 230.000 millones de dólares, que generan en dividendos más de 2.000 millones de dólares anuales.
Por ello, los dirigentes discutirán una propuesta para destinar el 90% de los beneficios generados por esos activos al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, que financia la compra de armas a Ucrania.
El 10% restante iría a un fondo de la UE para “fortalecer las capacidades de la industria de defensa de Ucrania”.
Simultáneamente, los dirigentes de la UE deben armar un enorme plan de inversiones en la industria europea de Defensa, para proporcionar armas a Ucrania y reponer las reservas de los países del bloque.
La UE se había comprometido el año pasado a entregar a Ucrania un millón de obuses hasta marzo de este año, promesa que no pudo cumplir y ahora busca un plan para alcanzar esa meta al fin de 2024.
Francia, Estonia y Polonia han propuesto la idea de utilizar préstamos conjuntos similares al enorme paquete de apoyo que presentó la UE durante la pandemia de Covid, para financiar ahora el gasto en defensa.
Pero un grupo de países más austeros (llamados ‘frugales’ en Bruselas), encabezados por Alemania, no están dispuestos a llegar a ese punto.
También está sobre la mesa la idea de modificar el alcance del Banco Europeo de Inversiones (BEI), para que, además de su apoyo al desarrollo, ayude a financiar la industria europea de defensa.
Gaza, la otra preocupación
Otro punto apremiante de la cumbre será la situación en la Franja de Gaza, un tópico donde cada vez se tornan más evidentes las diferencias de enfoque entre los países del bloque.
Los dirigentes europeos recibirán en la primera jornada de la cumbre al secretario general de la ONU, el portugués António Guterres.
La mayoría abrumadora de los países son favorables a un cese de hostilidad o una pausa humanitaria, aunque países más próximos de Israel -como Hungría o Alemania- podrían obstaculizar un consenso.
Un diplomático europeo dijo que en Gaza hay una “catástrofe humanitaria” y que ante esa situación la UE tiene que adoptar una posición clara y definida.
España e Irlanda llegaron a proponer formalmente que la UE suspenda el acuerdo de asociación que mantiene con Israel, aunque la moción tiene mínimas chances de prosperar.
Al mismo tiempo, los diplomáticos europeos buscan formular una postura unitaria contra una posible ofensiva israelí sobre Rafah.
Tal ofensiva, dijo un funcionario de un país europeo, “podría tener consecuencias inimaginables”.
En la cumbre, los mandatarios europeos también deberían dar su autorización al inicio de conversaciones formales de adhesión con Bosnia.
(AFP)