Las torpezas dentro de una cabina de avión que estuvieron a punto de causar tragedias

Mientras se investiga un error involuntario como posible causa de la abrupta pérdida de altura del avión de Latam que dejó 50 heridos rumbo a Auckland, surgen los antecedentes de acciones involuntarias en el aire que rozaron la catástrofe

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El avión perdió altitud rápidamente y propulsó al techo a todas las personas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad

La repentina caída en picada del avión de LATAM Airlines que volaba de Sídney a Auckland fue provocada presuntamente por un fallo en el asiento de la cabina que empujó al piloto a los mandos del Boeing 787, informó The Wall Street Journal, citando a responsables del sector en Estados Unidos.

Según la investigación, un auxiliar de vuelo golpeó involuntariamente un interruptor situado en el asiento del piloto mientras servía una comida, lo que provocó un fallo que empujó al piloto s los mandos del avión. El interruptor tiene una cubierta protectora por defecto y no debe utilizarse mientras el piloto está en el asiento.

“Estamos en contacto con nuestro cliente, y Boeing está dispuesto a apoyar las actividades relacionadas con la investigación, según se solicite”, dijo la empresa Boeing en un comunicado.

Pero esta no es la primera vez que un incidente involuntario en vuelo casi provoca una tragedia.

Las cabinas de los aviones están repletas de comandos sensibles
Las cabinas de los aviones están repletas de comandos sensibles

Una cámara trabó la palanca

El 9 de febrero de 2014, una cámara réflex digital se atascó entre el reposabrazos izquierdo y la base del joystick del piloto de un avión A330 de la Royal Air Force británica.

El avión cayó en picada 1.400 metros en 27 segundos a una velocidad máxima de descenso de 5.000 metros por minuto. El hecho dejó pasajeros con heridas leves en el vuelo entre la RAF de Brize Norton (en el Reino Unido) y Camp Bastion (en Afganistán). Fue desviado a una base en Turquía poco después del hecho.

Según los investigadores del caso, el asiento izquierdo se estaba moviendo al inicio del suceso.

Un avión de la Real Fuerza Aérea despega en RAF Brize Norton en Oxfordshire, Gran Bretaña, 16 de agosto de 2021.  REUTERS/Henry Nicholls
Un avión de la Real Fuerza Aérea despega en RAF Brize Norton en Oxfordshire, Gran Bretaña, 16 de agosto de 2021. REUTERS/Henry Nicholls

Café derramado sobre los controles

Asimismo, en incidentes de 2019 y 2020, bebidas que se derramaron en la cabina provocaron que los motores se detuvieran y que los pilotos decidieran desviar los vuelos y aterrizar de emergencia.

El 6 de febrero de 2019, un avión estuvo cerca de la catástrofe cuando un piloto derramó café en el panel de control de audio.

Al parecer, la tripulación de cabina le dio una taza de café sin tapa al aviador que conducía un Airbus A33-243, operado por Condor, procedente de Frankfurt con destino a Cancún.

El hombre disfrutaba de su bebida caliente hasta que por error la derramó en el panel de control de audio de la aeronave que volaba sobre el Océano Atlántico Norte, con 11 tripulantes y 326 pasajeros.

Un Boeing 757 de Delta Airlines despega en Tampa, Florida, el 20 de enero de 2011. (AP Foto/Chris O'Meara, Archivo)
Un Boeing 757 de Delta Airlines despega en Tampa, Florida, el 20 de enero de 2011. (AP Foto/Chris O'Meara, Archivo)

El accidente causó “significativas” consecuencias en la operación del avión y obligó a que el piloto tirara el combustible para desviar su ruta hacia el aeropuerto de Shannon, en la República de Irlanda.

El piloto, con más de 13.000 horas de experiencia en el aire, decidió desviar el vuelo porque uno de los botones del panel de control de audio se derritió ante el incremento de la temperatura en el aparato, por lo que la operación era imposible.

Mientras que el 21 de enero de 2020, un A350-900 de Delta Air Lines que volaba de Estados Unidos a Corea del Sur debió aterrizar de emergencia en Alaska después de que su motor derecho Rolls-Royce Trent XWB se apagara.

Según FlightGlobal, el incidente fue provocado por una bebida que se derramó sobre el pedestal central situado entre los dos asientos de los pilotos, principalmente sobre el panel de control integrado para el arranque del motor y las funciones electrónicas centralizadas de monitoreo de la aeronave.

El motor derecho se apagó y la tripulación intentó arrancarlo de nuevo, pero no lo consiguió. Se desviaron y lograron aterrizar en Alaska.

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