La ex Inspectora General del Departamento de Transporte de los Estados Unidos, una de las mayores expertas en seguridad aeronautica del mundo, dijo este miércoles que el incidente del vuelo LA800 de LATAM Airlines pudo haber sido “catastrófico” y que, si no se identificaba rápidamente la causa, podría llevar a la inmovilización en tierra de otros Boeing 787.
“Cada vez que tienes un avión en el que los instrumentos durante el vuelo se han oscurecido, literalmente han fallado, y el avión estaba fuera del control del piloto, eso podría haber sido una pérdida catastrófica del avión y de vidas”, dijo Mary Schiavo a la radio pública neozelandesa RNZ, en referencia a las palabras del piloto, quien reportó que había “perdido la instrumentación” y “toda capacidad” para volar el aparato.
Schiavo fue inspectora General del Departamento de Transporte de los Estados Unidos entre 1990 y 1996 y es considerada una referencia global en seguridad aeronáutica. En 1997, escribió Flying Blind, Flying Safe (Volar a ciegas, volar seguro), que resumía sus numerosas preocupaciones sobre los fallos de vigilancia de la Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA).
La experta agregó que si se confirma que el problema fue un fallo informático no detectado otros Dreamliners podrían ser inmovilizados en tierra.
“Perdieron todos los instrumentos en un avión de pasajeros totalmente cargado, esto es un problema importante”, dijo.
El aparato, un Boeing 787-9 Dreamliner con 272 personas a bordo (263 pasajeros y 9 tripulantes), perdió altitud rápidamente en su ruta entre Sydney a Auckland y propulsó al techo a todas las personas que no llevaban puesto el cinturón de seguridad, causando 50 heridos.
Según los primeros análisis de los datos de vuelo, el avión cayó unos 100 metros durante unos tres segundos antes de que los pilotos pudieran retomar el control.
El experto en aviación Edward Hunkin también aseguró que, según lo que se ha informado hasta ahora, un problema técnico parece ser la causa más probable del incidente.
Aún así, Schiavo indicó que el análisis de las cajas negras, los archivos de grabaciones de voz de la cabina y de datos del vuelo que proporcionan información valiosa sobre la trayectoria de la aeronave y las comunicaciones entre los pilotos, será clave para determinar lo ocurrido, aunque el proceso puede tardar un tiempo.
“Esa grabación de la caja negra debería ser muy importante para mostrar exactamente lo que ocurrió... en cuanto descarguen esa información de la caja negra probablemente habrán resuelto el misterio”, dijo. “En una semana, después de descargar los datos tendrán una idea bastante clara de lo que pasó. Se supone que en 30 días publicarán lo que se llama un informe preliminar”.
La investigación sobre las causas del incidente ya comenzó, liderada por la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile (DGAC) y en colaboración de la Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte (TAIC) de Nueva Zelanda. Este organismo informó ayer que confiscará las cajas negras del Boeing 787.
En cualquier caso, se tratará de una investigación “importante” en la que participarían las autoridades de Nueva Zelanda, Chile y Estados Unidos, así como la compañía aérea y el fabricante estadounidense Boeing, dijo Schiavo.
Presión creciente sobre Boeing
Boeing se encuentra bajo fuerte escrutinio tras sufrir una serie de problemas de seguridad en los últimos años, como los accidentes mortales de Lion Air y Ethiopian Airlines en aviones 737 MAX.
Boeing todavía se está recuperando de un incidente casi catastrófico en enero, cuando un panel del fuselaje de un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines estalló en pleno vuelo. Estados Unidos abrió ayer una investigación penal por el incidente. También se informó que la empresa no pasó 33 de 89 auditorías de la FAA durante un examen posterior al suceso.
En un comunicado, Boeing declaró que estaba dispuesto a colaborar en la investigación sobre el incidente de Latam si así se le solicitaba y que sus pensamientos estaban con los pasajeros y la tripulación.