El cohete Kairos de la compañía japonesa Space One explotó en el aire poco después de su lanzamiento

El artefacto se promocionaba por su potencial para reducir costos y tiempos de preparación, gracias a su diseño de cuatro etapas con tecnología de propulsión sólida

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La empresa inició las investigaciones para dar con la causa de este incidente

El intento de la compañía Space One, con sede en Tokio, por marcar un hito en la carrera espacial japonesa terminó en desastre este miércoles, cuando su cohete Kairos, propulsado por combustible sólido y cargado con el primer satélite de la empresa, explotó en una bola de fuego poco después de su lanzamiento en la ciudad de Kushimoto, prefectura de Wakayama.

La firma operadora del Kairos había programado su lanzamiento para este miércoles tras posponerlo el pasado sábado al detectarse un barco en las inmediaciones del lugar.

El cohete despegó desde la plataforma a la hora prevista pero explotó en el aire apenas unos segundos después, desperdigando combustible en llamas y fragmentos del mismo alrededor de la plataforma, según pudo verse en la retransmisión en directo del lanzamiento emitida por la cadena estatal NHK.

Hemos llevado a cabo el lanzamiento, sin embargo, se ha procedido a la suspensión del vuelo del cohete. Actualmente se están investigando los detalles”, señaló Space One en un breve comunicado.

El cohete despegó desde la plataforma a la hora prevista pero explotó en el aire apenas unos segundos después, desperdigando combustible en llamas y fragmentos del mismo alrededor de la plataforma. (REUTERS
El cohete despegó desde la plataforma a la hora prevista pero explotó en el aire apenas unos segundos después, desperdigando combustible en llamas y fragmentos del mismo alrededor de la plataforma. (REUTERS

El objetivo del lanzamiento era poner en órbita un satélite gubernamental experimental de inteligencia, tras volar el cohete durante unos 50 minutos y alcanzar una altura de 500 kilómetros.

Space One pretendía convertirse en la primera empresa privada en poner en órbita un satélite en Japón, en un país donde todos sus anteriores lanzamientos exitosos de este tipo habían sido llevados a cabo por la Agencia Aeroespacial nipona (JAXA), en colaboración con otras empresas en algunos casos.

El proyecto formaba parte de los esfuerzos de la industria aeroespacial nipona por construir lanzaderas más pequeñas y baratas, ante la demanda creciente del Gobierno y de otros actores para desplegar satélites.

El Kairos, un modelo más compacto que el cohete Epsilon S de nueva generación, medía unos 18 metros de largo y pesaba cerca de 23 toneladas. A pesar de su menor tamaño y capacidad de carga, se promocionaba por su potencial para reducir costes y tiempos de preparación, gracias a su diseño de cuatro etapas con tecnología de propulsión sólida, una especialidad de la industria aeroespacial japonesa.

Fundada en Tokio en 2018, Space One cuenta con la participación de empresas niponas como la firma de dispositivos de imagen Canon Electronics y la constructora Shimuzu y varios de los principales grupos financieros nacionales.

El objetivo del lanzamiento era poner en órbita un satélite gubernamental experimental de inteligencia, tras volar el cohete durante unos 50 minutos y alcanzar una altura de 500 kilómetros. (REUTERS)
El objetivo del lanzamiento era poner en órbita un satélite gubernamental experimental de inteligencia, tras volar el cohete durante unos 50 minutos y alcanzar una altura de 500 kilómetros. (REUTERS)

En julio de 2023, otro motor de cohete japonés explotó durante una prueba unos 50 segundos después de la ignición.

El incidente tuvo lugar en el sitio de pruebas ubicado en la prefectura de Akita, donde se desató un incendio y se formó una gran columna de humo gris.

La anomalía se registró tras el fracaso, en marzo de 2023, del segundo intento de Tokio por lanzar su cohete H3 de nueva generación tras el despegue.

No obstante, la agencia espacial japonesa celebró el mes pasado el lanzamiento exitoso del H3, su nuevo cohete insignia, desde el Centro Espacial Tanegashima, situado al suroeste de Japón. Este logro se produce después de años de retrasos y dos intentos fallidos, y fue recibido con júbilo y aplausos en el centro de control de JAXA.

El H3, que se perfila como competidor del Falcon 9 de SpaceX, podría en el futuro transportar cargas a bases lunares. Este avance sigue al aterrizaje exitoso de una sonda no tripulada de Japón en la Luna en enero, aunque en un ángulo inestable, convirtiendo a Japón en el quinto país en realizar un “aterrizaje suave” en el satélite terrestre.

(Con información de EFE y AFP)

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