Las embajadas de Estados Unidos y del Reino Unido en Rusia han lanzado un aviso urgente sobre la posibilidad de un ataque terrorista en Moscú dentro de las próximas 24 a 48 horas. Este anuncio insta a los ciudadanos estadounidenses a mantenerse alejados de concentraciones masivas.
En una actualización de seguridad, se mencionó que se han recibido informaciones sobre planes de ataques extremistas, posiblemente dirigidos a eventos concurridos en la capital rusa, como conciertos. Las alertas no proporcionaron detalles específicos sobre la naturaleza de la amenaza o los posibles autores detrás de ella. Las representaciones diplomáticas aconsejaron a los ciudadanos permanecer vigilantes y seguir las actualizaciones de los medios de comunicación locales para estar informados.
Por otra parte, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia reveló el pasado 7 de marzo que frustró un atentado, presuntamente planeado por el Estado Islámico, contra una sinagoga en Moscú, acción en la cual los sospechosos fueron neutralizados. Hasta el momento, no ha quedado claro si este incidente tiene alguna relación directa con las advertencias emitidas por las embajadas estadounidense y británica.
Las embajadas también han emitido recomendaciones para que los ciudadanos estén alerta a su entorno y eviten zonas de alta concurrencia, como una medida preventiva ante la posible amenaza detectada. La situación sigue en desarrollo, y las autoridades pertinentes están trabajando para garantizar la seguridad de locales y extranjeros frente a posibles actos de violencia.
“La embajada está monitoreando los informes de que los extremistas tienen planes inminentes para atacar grandes reuniones en Moscú, incluidos conciertos”, se especificó en el sitio web de la Embajada, resaltando la seriedad de la alerta emitida para los próximos días. La urgencia de esta comunicación refleja la creciente preocupación por la seguridad de los ciudadanos extranjeros frente a una potencial escalada de violencia.
El FSB reveló que la célula detenida, asociada a ISIS-Khorasan, estaba en la fase de preparación para un ataque armado contra feligreses de una sinagoga, lo que pone de manifiesto la volatilidad de la situación de seguridad en Rusia. Al momento de la intervención, las fuerzas especiales rusas enfrentaron resistencia, lo cual culminó en la “neutralización” de los militantes. En el lugar se incautaron “armas de fuego, municiones y componentes para la fabricación de un artefacto explosivo improvisado”, según detalló el FSB, lo que evidencia el nivel de preparación y la intención detrás del plan frustrado.
Esta situación se inscribe en un contexto de tensiones exacerbadas entre Rusia y Occidente, en particular con Estados Unidos. La guerra en Ucrania ha marcado el punto más álgido de estas fricciones desde la Crisis de los Misiles Cubanos de 1962. Rusia ha acusado repetidamente a Estados Unidos de involucramiento indirecto en el conflicto, suministrando apoyo económico, armamentístico y de inteligencia a Ucrania.
La presencia y actividad de ISIS-Khorasan en la región de Kaluga, trabajando para establecer un califato en áreas que abarcan desde Afganistán hasta Irán, subraya la complejidad del panorama de seguridad global. Este grupo, que emergió en el este de Afganistán hacia finales de 2014, es conocido por su brutalidad extrema y representa una amenaza multifacética que trasciende las fronteras nacionales.
Mientras tanto, la Embajada de Estados Unidos mantiene su recomendación para que los ciudadanos estadounidenses abandonen Rusia lo antes posible, evidenciando la seriedad con la que se está tomando la alerta de seguridad. La situación continuará siendo monitoreada de cerca, a medida que las autoridades rusas y representaciones extranjeras en el país evalúan la evolución de la amenaza.