En Núremberg, Alemania, arqueólogos descubrieron lo que podría considerarse como la fosa común más grande jamás excavada en Europa. Este hallazgo, hecho en el corazón de la histórica ciudad antes de iniciar la construcción de nuevos edificios residenciales, ha sorprendido a la comunidad científica debido a la magnitud y las implicaciones históricas que conlleva.
Hasta ahora, se han encontrado aproximadamente 1.000 esqueletos, y los expertos estiman que el sitio podría albergar más de 1.500 víctimas de la peste, según difundió CNN.
La presencia de estas fosas comunes en un área que no se designaba como cementerio durante la época indica la rapidez y la falta de ceremonia con que se necesitaba enterrar a los muertos en aquella época. “Esos individuos no fueron sepultados en un cementerio regular, aunque tenemos cementerios de peste designados en Núremberg”, explicó Melanie Langbein, del departamento de conservación del patrimonio de esa ciudad alemana.
Los expertos estimaron la fecha por radiocarbono, junto con el análisis de fragmentos de cerámica y monedas encontrados en el sitio, para estimar que una de las fosas data de finales del siglo XV hasta principios del siglo XVII.
Además, un documento de 1634 que detalla un brote de peste que asoló Núremberg entre 1632 y 1633, agudizado por las consecuencias de la Guerra de los Treinta Años, proporcionó un contexto crucial para comprender la magnitud de la tragedia. “Núremberg estaba rodeada por diferentes tropas y la población vivía en circunstancias bastante difíciles”, comentó Langbein.
Julian Decker, cuya compañía In Terra Veritas lleva a cabo la excavación, se mostró sorprendido por el descubrimiento. Inicialmente, se pensó que los restos podrían pertenecer a víctimas de bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, dada la ausencia de indicios previos de entierros en este campo. “Personalmente espero que el número de esqueletos llegue a 2.000 o incluso más, convirtiéndolo en la fosa común más grande de Europa”, expresó a CNN.
El estudio detallado de los restos ofrece una ventana única al pasado, revelando información demográfica y de salud de la población de la época. Decker señaló la posibilidad de analizar la composición de la sociedad de Núremberg con las mismas herramientas estadísticas utilizadas por los equipos de censos modernos. Esta investigación multidisciplinaria se extendió a la exploración del genoma de la peste y a la investigación de huevos de parásitos en el suelo, colaborando con instituciones interesadas en estas áreas específicas.
El compromiso con la divulgación y el profundo estudio de este importante descubrimiento se evidencia en los planes para una exposición que podría realizarse para el otoño de 2025. “Estamos planeando una exhibición, pero esto llevará algún tiempo, por lo que el otoño de 2025 sería lo más pronto que podríamos estar listos”, adelantó Langbein. Dicha exposición promete ofrecer un amplio panorama de la historia y la vida durante uno de los periodos más turbulentos de Europa, a través de los ojos de una de sus ciudades más emblemáticas.
La peste
La peste en Europa, especialmente conocida como la Peste Negra, fue una devastadora pandemia que azotó el viejo continente causando la muerte de aproximadamente un tercio de la población europea. Se cree que la enfermedad fue causada por la bacteria Yersinia pestis, que se transmite a los humanos a través de las pulgas que viven en las ratas negras.
Los síntomas incluían fiebre, dolor, vómitos, sangrado en los pulmones y ganglios linfáticos inflamados. La rapidez de la propagación y la alta tasa de mortalidad generaron pánico masivo y tuvieron profundos efectos socioeconómicos y culturales en toda Europa.
La peste golpeó con fuerza a ciudades específicas como Núremberg, en Alemania, durante varios periodos de su historia. Uno de los brotes más significativos en esta ciudad ocurrió en el contexto de la Peste Negra en el siglo XIV. La rápida propagación de la enfermedad y la alta mortalidad afectaron profundamente a la población y a la estructura social de Núremberg.
La economía local, basada en el comercio y la artesanía, sufrió un severo impacto debido a la pérdida de mano de obra y al declive en el comercio debido a las restricciones y el miedo a la propagación de la enfermedad. Las autoridades de la ciudad intentaron implementar medidas para contener la peste, como la cuarentena de los enfermos, la limitación de la movilidad de las personas y el mejoramiento de las condiciones sanitarias.