La agónica y lenta muerte de un cachalote tras quedar atrapado en la bahía de Osaka, en el golfo japonés capturó la atención de los espectadores en el país asiático y despertó la preocupación de expertos en cetáceos globalmente. Un incidente que según científicos, simboliza las crecientes complicaciones que enfrentan estas majestuosas criaturas en un planeta que se calienta cada día más.
El dramático episodio comenzó a mediados de enero, cuando un cachalote, uno de los animales más pesados del mundo, fue avistado por primera vez cerca de la costa de la ciudad de Nishinomiya, en la prefectura de Hyogo. Desafortunadamente, su condición empeoró rápidamente, privado de su alimento principal, el calamar gigante, su soplido se volvió notablemente débil. Este cachalote macho, que pesaba más de 33 toneladas y medía más de 15 metros de longitud, encontró su fin en un entorno completamente inhóspito.
Yasunobu Nabeshima, investigador visitante en el Museo de Historia Natural de Osaka, señaló en entrevista con CBS News que, “las ballenas solían perderse cada tres años aproximadamente. Hasta ahora era un fenómeno poco frecuente. Pero estos incidentes han aumentado”.
La bahía de Osaka, con sus innumerables islas artificiales, penínsulas y una compleja red de parques temáticos, centros comerciales, almacenes, y plantas industriales, presenta un desafío insuperable para los mamíferos marinos que inadvertidamente entran en sus aguas. Las corrientes modificadas por el aumento de la temperatura del océano han transformado el poderoso Corriente Kuroshio en una “cinta transportadora de agua caliente” que dirige a las ballenas desde sus hábitats profundos hacia las costas poco profundas, según Nabeshima.
El tratamiento del cuerpo del cachalote también planteó desafíos logísticos y financieros para las autoridades locales. Optaron por enterrar temporalmente el cuerpo desnutrido después de considerar que sería menos costoso que llevar el cadáver mar adentro. Pasados dos años, se tiene planeado recuperar el esqueleto para donarlo a un museo local, una decisión tomada después de evaluar que el entierro en tierra costaba una décima parte de la disposición en el mar, que había costado a los contribuyentes más de medio millón de dólares en un caso anterior.
En el lado científico de la tragedia, se tiene previsto realizar un análisis forense del cadáver para entender mejor las circunstancias que llevaron a la muerte del cachalote. Esto incluirá estudios sobre su edad, historial de lesiones y enfermedades, además de pruebas de ADN para determinar su origen. “Los cachalotes pueden vivir hasta los 62 años”, dijo un investigador al canal local MBS TV. Además, existe interés en buscar ámbar gris en el intestino del animal, un material extremadamente raro y valioso utilizado en la perfumería de alta gama.
La continua presencia de cetáceos varados y otros animales marinos atrapados en la bahía de Osaka es una señal de alarma que ha llevado a científicos a proponer medidas innovadoras para su protección. Entre las soluciones sugeridas se encuentran dispositivos acústicos activados por sensores para disuadir a estos animales de acercarse a las costas.