La producción industrial del China se redujo por quinto mes seguido en febrero, según los datos oficiales difundidos este viernes, que evidencian el deterioro de la demanda de bienes del gigante asiático.
La Oficina Nacional de Estadísticas de China informó que el índice de gestores de compras (PMI), que mide el pulso de la actividad manufacturera, se situó en 49,1 puntos en febrero. Según este indicador, una cifra por debajo de 50 demuestra una contracción de la actividad.
El PMI solo ha superado ese nivel en dos ocasiones en los últimos doce meses, la más reciente en septiembre.
Sin embargo, la esperada recuperación se vio minada por la falta de confianza de los consumidores y los inversores, el colapso del sector inmobiliario, que es clave para la economía, y el aumento del paro juvenil.
A ello se sumó la debilidad de la demanda global de productos chinos, en un contexto de incertidumbre económica mundial.
Estas cifras podrían aumentar la presión sobre el régimen de Xi Jinping para que adopte medidas de estímulo fiscal y monetario, después de que se comprometiera a mantener una política favorable al crecimiento en 2024.
Entre los problemas que afronta China se encuentra el desarrollo de una burbuja inmobiliaria y una persistente caída de los precios al consumidor. Además, el mercado de valores sufrió recientemente un fuerte descenso que evidenció la debilidad de la confianza de los inversores, pese a los esfuerzos de Beijing por revertir la situación, como inyectar más liquidez a largo plazo a los bancos y facilitar el acceso al crédito a los promotores.
Los datos previos revelaron que las ventas de viviendas en el país siguieron cayendo en febrero, aunque el resultado también se vio afectado por el período vacacional.
El presidente y economista jefe de Pinpoint Asset Management Ltd., Zhiwei Zhang, afirmó que el período vacacional dificulta “tener una imagen clara del dinamismo económico”.
“Esto es especialmente cierto para el sector manufacturero”, agregó Zhang. “Otros indicadores muestran un escenario mixto, con datos de viajes fuertes pero datos de vivienda débiles”.
Los economistas esperan que el régimen de China anuncie un objetivo de crecimiento bastante ambicioso para 2024 cuando el parlamento se reúna la próxima semana. Conseguirlo será más complicado este año que en 2023, cuando la economía se benefició de la reapertura tras la pandemia.
Por otra parte, este viernes, el índice de gerentes de compras (PMI) manufacturero de Caixin aumentó a 50,9 desde 50,8 en enero, superando una estimación de 50,7. La encuesta privada, que abarca principalmente a empresas más pequeñas y exportadoras, suele ser más optimista que las mediciones oficiales.
Goldman Sachs Group Inc. señaló en una nota que “el hecho de que la divergencia significativa entre los dos PMI manufactureros se haya mantenido durante cuatro meses consecutivos puede ser una señal de cambios estructurales en la economía”.
(Con información de AFP y Bloomberg)