Comandantes de brigada, apoyo logístico, traslado de cuerpos, coordinación de comunicación… Israel reveló las actividades terroristas de un grupo de empleados de la UNRWA, la agencia de la ONU para los palestinos.
Con el correr de las semanas, el escándalo de la implicación de los trabajadores humanitarios en la masacre del 7 de octubre se agiganta: yo no son solo supuestas cifras, son nombres completos, imágenes y videos de trabajadores sociales arrastrando cuerpos.
Este domingo el ministerio de Defensa de Israel reveló detalles específicos de 8 empleados de la ONU que participaron activamente del brutal ataque del 7 de octubre.
Mousa El Qidra era consejero escolar de la UNRWA y ayudante del comandante de la brigada de Hamas en Khan Yunis. según reveló la inteligencia israelí, colaboró en el secuestro de una mujer israelí.
Rami Ramadan era un profesor de matemáticas, también empleado por la agencia de la ONU para los palestinos. En simultáneo a sus tareas humanitarias, según Israel, ocupaba un puesto logístico en el batallón Dir al-Balah del grupo terrorista.
“Rami participó en la recepción y retención de rehenes y también fue visto fotografiando a una secuestrada”, afirman desde el ministerio de Defensa israelí.
Faisal Al-Naami era trabajador social de la ONU mientras trabajaba como operativo de Hamas en la rama de comunicaciones y apoyo al combate en el batallón Nusirat.
En imágenes del 7 de octubre aparece vestido de negro retirando el cuerpo sin vida de Jonathan Samerano, el joven de 21 años al que habían asesinado en el kibutz Beeri. El empleado de la ONU y su cómplice se llevaron el cadáver a Gaza.
“Un trabajador de UNRWA secuestró el cuerpo de mi hijo. ¿Cómo puede la ONU pagarle a este hombre que arrastró el cuerpo inerte de mi hijo por el suelo y luego lo recogió como si fuera un trofeo de regreso a Gaza?”, declaró desesperada su madre Ayelet Samerano.
Según Israel, Al-Naami coordinó el traslado de armas y camiones el 7 de octubre pasado.
Abd Abu Awad era subdirector de una escuela de la UNRWA y comandante de pelotón en el batallón Nuseirat. “Abd fue informado de la infiltración en tiempo real, recibió instrucciones de seguir los acontecimientos por radio y de asegurarse de que los demás operativos relevantes hicieran lo mismo”, denuncia el ministerio de Defensa.
Mohammad El Ghafari se desempeñaba como profesor de árabe contratado por la agencia de la ONU y al mismo tiempo, reveló Israel, actuaba como comandante de un escuadrón de Hamas en el batallón de Nuseirat. “El 7 de octubre recibió un SMS en el que se le pedía que se presentara en el punto de encuentro previo a la infiltración, junto con los preparativos logísticos”, informaron.
Ali Isa Hamuda Matar, también profesor contratado por la ONU, era comandante de pelotón de Hamas en el batallón de Nuseirat. y al igual que El Ghafari, recibió un SMS en el que se le pedía que se presentara en el punto de encuentro terrorista antes de la infiltración.
Shadi Mohammad Jamal Razak Darabiah se desempeñaba como asistente de escuela en una instalación de la UNRWA y en paralelo integraba el Batallón Jabalia Oriental de Hamas. El 7 de octubre recibió un SMS llamándole para que se presentara en el punto de encuentro previo a la infiltración, junto con los preparativos logísticos.
Y, según informó el ministerio de Defensa, Ala Abd Al-Hamid Qassem Jouda, profesor contratado por la ONU, fungía como comandante de una compañía de Hamas en el batallón Nuseirat y fue detenido en territorio israelí.
Las prubeas presentadas por Israel no son los únicos datos que se conocen de los nexos entre la agencia de la ONU y Hamas. Documentos revelados por The Wall Street Journal indican que el 10% del personal de la UNRWA en Gaza está vinculado con Hamas o la Yihad Islámica Palestina y la mitad de los empleados tiene un pariente cercano con una membresía activa en estos grupos.
Según denunció UN Watch -grupo de defensa pro-Israel- en una audiencia del subcomité de Asuntos Exteriores de la Cámara en Washington, más de 3.000 maestros en UNRWA son miembros de un grupo de chat de Telegram repleto de mensajes que celebran la masacre del 7 de octubre.
La UNRWA, que desde hace décadas brinda educación y asistencia sanitaria a refugiados palestinos, pasa ahora por su peor momento y se enfrenta por primera vez en su historia a la posibilidad real de desaparecer, lo que deja sin plan B a los millones de palestinos que necesitan ayuda.