La primera guerra con Inteligencia Artificial

La colaboración de las empresas tecnológicas ha sido vital para Ucrania en el combate a la invasión rusa, según cuenta la revista Time, y abre un nuevo paradigma bélico

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El uso de la Inteligencia Artificial ha sido vital para que el ejército ucraniano pueda definir con precisión lugares y momentos para sus ataques (Imagen ilustrativa Infobae)
El uso de la Inteligencia Artificial ha sido vital para que el ejército ucraniano pueda definir con precisión lugares y momentos para sus ataques (Imagen ilustrativa Infobae)

En una acción que rompe moldes y establece nuevos paradigmas en la interacción entre empresas tecnológicas y la política internacional, Alex Karp, director ejecutivo de Palantir Technologies, cruzó la frontera hacia Ucrania desde Polonia el 1 de junio de 2022. Su objetivo: reunirse directamente con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en un gesto de solidaridad y apoyo frente a la invasión rusa. Este encuentro, el primero de su tipo desde el comienzo del conflicto, representó no solo un soporte tecnológico a la defensa de Ucrania sino un testimonio vivo del papel crucial que el sector privado puede jugar en los conflictos contemporáneos, según relata la nota de portada del último número de la revista Time firmada por Vera Bergengruen.

Palantir Technologies, con un historial de colaboración con agencias como la CIA y el FBI, se comprometió a desplegar su avanzado software de análisis de datos e inteligencia artificial en apoyo a Ucrania. Según manifestó Karp frente a Zelensky, “podemos colaborar de manera que permita a David vencer a un Goliath moderno”, enfatizando la capacidad de su tecnología de inclinar la balanza en favor de Ucrania. Esta asociación no solo refleja un compromiso con la defensa de los valores occidentales sino subraya la potencia de la tecnología como herramienta en los conflictos armados actuales.

La travesía hasta Kyiv no estuvo exenta de riesgos. Karp y su equipo, acompañados por guardias armados, atravesaron un paisaje marcado por la destrucción. El ministro de Transformación Digital de Ucrania, Mykhailo Fedorov, expresó inicialmente dudas sobre las promesas de Karp, pero pronto reconoció el valioso apoyo que Palantir podía ofrecer. Según Fedorov, “nuestra gran misión es hacer de Ucrania el laboratorio de I+D tecnológico del mundo”, visión apoyada por el sólido respaldo de Palantir.

Este episodio con Alex Karp a la cabeza destaca por el compromiso personal y la visión de futuro. Conocido por su crítica a la monocultura de Silicon Valley y su cercanía con el influyente inversor Peter Thiel, Karp lidera ahora un movimiento que busca redefinir la manera en que el sector tecnológico interactúa con los asuntos globales. “Defender occidente” y “aterrorizar a nuestros enemigos”, como declara Karp, encapsula la misión que se ha impuesto Palantir en el escenario internacional.

Jacob Helberg, experto en seguridad nacional, alude a Palantir como “los comerciantes de armas de IA del siglo XXI”, en alusión a su papel pionero en el suministro de soluciones tecnológicas avanzadas para la defensa.

El soporte de Palantir a Ucrania no solo es un acto simbólico sino que inauguró una nueva fase en la resistencia ucraniana, donde la tecnología juega un papel preponderante. La visita de Karp y el prometido despliegue tecnológico marcan un antes y un después en la forma en que las democracias pueden defenderse y proyectarse en el siglo XXI, fortaleciendo así su soberanía y capacidad de resistencia mediante alianzas estratégicas con el sector privado.

El ministro de Transformación digital ucraniano, Mykhailo Fedorov, junto al drone marino Magura, la nave no tripulada que bombardeó y hundió cuatro grandes barcos rusos  (REUTERS/Valentyn Ogirenko)
El ministro de Transformación digital ucraniano, Mykhailo Fedorov, junto al drone marino Magura, la nave no tripulada que bombardeó y hundió cuatro grandes barcos rusos (REUTERS/Valentyn Ogirenko)

La determinación de Alex Karp para involucrarse personalmente en el conflicto ucraniano, atravesando una zona de guerra para llevar su mensaje y apoyo a Volodymyr Zelensky, ejemplifica una nueva era de compromiso cívico por parte de líderes tecnológicos. Este acto no solo evidencia la solidaridad y el compromiso con la defensa de los valores compartidos sino que abre la puerta a un futuro donde la tecnología y la innovación se posicionan como pilares fundamentales en la lucha por la libertad y la justicia.

En una muestra sin precedentes de cooperación entre el sector tecnológico y el gobierno ucraniano, compañías como Palantir Technologies, Microsoft, Amazon, Google, y Starlink han estado desempeñando un papel crucial en la lucha de Ucrania contra la invasión rusa, transformando los campos de batalla del país en un laboratorio en vivo para el desarrollo y la prueba de tecnologías militares avanzadas, incluida la inteligencia artificial (IA). Este esfuerzo conjunto ha dado lugar a innovaciones significativas que no solo están cambiando la naturaleza de la guerra moderna, sino que también podrían redefinir el futuro del conflicto armado global.

Desde el inicio de la invasión rusa, Ucrania ha buscado el apoyo de compañías tecnológicas internacionales para fortalecer su defensa. El gobierno de Volodymyr Zelensky, con una visión pragmática hacia la innovación tecnológica en medio de la guerra, ha logrado convertir a Ucrania en un centro atractivo para la inversión tecnológica y la experimentación en condiciones de combate reales. Según Mykhailo Fedorov, Ministro de Transformación Digital de Ucrania, el objetivo del país es “hacer de Ucrania el laboratorio de I+D tecnológico mundial”, aprovechando la oportunidad no solo para defenderse sino para desarrollar el sector tecnológico nacional.

Entre las empresas que se han sumado a esta iniciativa, destaca Palantir Technologies, cuyo software de IA es responsable de gran parte de las estrategias de ataque dentro de Ucrania. La empresa, que brindó sus herramientas al gobierno ucraniano de manera gratuita, ha implementado soluciones que van desde la recopilación de imágenes satelitales y datos de drones, hasta el análisis detallado para la detección de movimientos de tropas y la realización de ataques precisos.

Clearview AI, conocida por su controvertido software de reconocimiento facial, también ha jugado un papel significativo, ofreciendo sus herramientas para identificar a soldados rusos en territorio ucraniano, lo cual ha permitido vincular a individuos con posibles crímenes de guerra. Su CEO, Hoan Ton-That, mencionó que los ingenieros ucranianos han contribuido significativamente al mejoramiento del producto.

Mientras tanto, Microsoft, Amazon, y Google han prestado servicios esenciales para proteger a Ucrania contra ciberataques rusos y para mantener la conectividad del país, demostrando la variedad de formas en que la tecnología puede ser movilizada en situaciones de conflicto.

La colaboración entre estas empresas tecnológicas y las fuerzas armadas ucranianas representa una nueva era de experimentación en IA militar, marcando, según el General Mark Milley, antiguo Presidente del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, “el cambio más significativo en el carácter de la guerra jamás registrado en la historia”. La capacidad de Ucrania para probar estas tecnologías en condiciones reales promete no solo evolucionar las tácticas militares dentro de sus fronteras, sino también influir en los futuros conflictos globales.

Por su parte, el sector tecnológico ucraniano ha experimentado un impulso considerable. Iniciativas como D3 (Dare to Defend Democracy) han atraído inversiones significativas de figuras prominentes como el ex CEO de Google, Eric Schmidt, destacando el potencial de Ucrania para emergir como un hub de innovación en Europa. Unit City, un parque de innovación en Kiev, se ha convertido en un símbolo de esta transformación, acogiendo a startups militares y centros de investigación y desarrollo de empresas internacionales.

Esta fusión de tecnología y defensa no solo marca un momento decisivo para Ucrania en su lucha por la soberanía y la seguridad, sino que también plantea preguntas críticas sobre las implicaciones éticas y los límites de la tecnología en la guerra. A medida que el conflicto continúa, el mundo observa atentamente, reconociendo el papel predominante que las compañías tecnológicas están desempeñando en el campo de batalla y contemplando cómo estas colaboraciones podrían remodelar el futuro de la seguridad internacional.

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