Al menos cien periodistas han sido víctimas de agresiones de todo tipo cometidas por Rusia en Ucrania desde el inicio de la invasión de ese país que hará pronto dos años, un conflicto en el que once reporteros han perdido la guerra, según la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).
A pocos días de que el próximo 24 de febrero se cumpla el segundo aniversario de la invasión, RSF denunció que “periodistas y medios de comunicación están en el punto de mira de las fuerzas armadas rusas” y aplaudió “el coraje” de los “miles” que siguen cubriendo el conflicto “pese al contexto de seguridad que empeora”.
RSF tiene documentados más de 50 ataques contra más de 100 periodistas que han muerto, han resultado heridos, secuestrados, torturados o afectados por bombardeos.
En concreto, la organización defensora de la libertad de prensa señala los disparos dirigidos contra periodistas o los bombardeos indiscriminados del ejército ruso, mientras que en las zonas ocupadas “las voces independientes locales han sido reducidas a la nada, obligadas a cesar toda actividad”.
“Los medios son víctimas directas de la invasión rusa de Ucrania. Desgraciadamente, en 2023 como en 2022 periodistas que trabajaban sobre el terreno pagaron su trabajo con su vida”, indicó la responsable de Europa de RSF, Jeanne Cavelier.
En el último año, dos periodistas perdieron la vida en Ucrania, el franco-bosnio Arman Soldin, de AFP, víctima de una lluvia de morteros el 9 de mayo cuando cubría el conflicto cerca de Bakhmout, y el “fixer” ucraniano Bohdan Bitik, que colaboraba con el corresponsal del diario italiano La Reppublica cerca de Kherson cuando fue abatido por un francotirador ruso.
Se suman a los 9 que habían muerto durante el primer año de una guerra en la que 35 periodistas han resultado heridos, sobre todo en las regiones más cercanas al frente.
RSF denunció disparos contra torres de televisión, locales de redacciones o lugares habitualmente frecuentados por periodistas.
Al tiempo, señaló que al menos 12 reporteros están detenidos en las regiones ocupadas por negarse a colaborar, mientras que en Crimea “la represión contra los periodistas independientes se ha intensificado”.
La organización denunció también la desaparición de Victoria Roshchyna, colaboradora de Ukraïnska Pravda, de la que no se tiene noticias desde el 4 de agosto pasado, y Dmytro Khyliuk, que trabajaba para la agencia de prensa en línea Unian, que según ellos se encuentra detenido en Rusia.
La ocupación rusa, el hundimiento del mercado publicitario, la falta de trabajadores y la destrucción de material son algunos de los factores que han influido en el cierre de 233 medios ucranianos desde el inicio del conflicto, agregó.
RSF ha presentado ocho denuncias por crímenes de guerra ante la Corte Penal Internacional o ante la fiscalía ucraniana, además de dos ante la justicia francesa.
Rusia persigue a la prensa crítica en todo el mundo
En diciembre de 2023, el Ministerio del Interior ruso declaró en busca y captura a la periodista Masha Gessen, que fue acusada de difundir “información falsa” sobre la actuación del Ejército ruso en Ucrania.
A finales de noviembre de 2023 se supo que los investigadores rusos abrieron una causa penal contra Gessen -conocida por escribir en 2011 una biografía del presidente ruso, VladImir Putin, titulada “El hombre sin rostro”- por hablar en una entrevista de “crímenes de guerra” de las tropas rusas en la ciudad ucraniana de Bucha, que Moscú niega rotundamente.
Gessen además calificó de “absurda” la versión de las autoridades rusas que calificaron la matanza en Bucha de un “montaje”.
La periodista, de 56 años, se refugió en 2013 en Estados Unidos tras la aprobación en Rusia de las primeras leyes contra la comunidad homosexual.
(Con información de EFE)