El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que su ejército facilitará la salida de los civiles de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, antes de lanzar una ofensiva para acabar con el último reducto del grupo terrorista Hamas en el enclave palestino.
En una entrevista con el programa “This Week with George Stephanopoulos”, de la cadena estadounidense ABC News, que se emitirá este domingo, Netanyahu afirmó que la operación es necesaria para derrotar a la organización islamista, a la que responsabiliza del sangriento ataque del pasado 7 de octubre que causó la muerte de más de mil personas y dejó más de 250 secuestrados,
“Estamos cerca de la victoria. Lo vamos a lograr. Vamos a eliminar a los restantes batallones terroristas de Hamas y a tomar el control de Rafah, que es su último refugio”, declaró el mandatario israelí, según extractos de la entrevista.
Netanyahu rechazó las advertencias de la comunidad internacional sobre el riesgo de una “catástrofe humanitaria” en Rafah, donde se estima que hay más de un millón de desplazados palestinos, y dijo que su gobierno tiene un “plan detallado” para evitar las bajas civiles.
“Vamos a permitir que la población civil se marche de forma segura, si así lo desea”, agregó, y señaló que hay zonas del norte de Rafah que ya han sido desalojadas por el ejército y que podrían servir como áreas de refugio.
La ofensiva israelí en Rafah ha generado una fuerte condena internacional, especialmente por parte de la Unión Europea, cuyo alto representante para la política exterior, Josep Borell, alertó que un ataque a gran escala en esa ciudad “desataría una indescriptible tragedia humana”.
También Estados Unidos, el principal aliado de Israel, se ha mostrado contrario a una invasión terrestre de Rafah y ha instado a Israel a actuar con “prudencia” y “proporcionalidad”, ante el temor de que una operación mal planificada se convierta en un “desastre”.
El presidente estadounidense, Joe Biden, criticó el jueves con dureza la respuesta israelí al ataque de Hamas, que calificó de “desproporcionada”, y pidió un alto el fuego inmediato y sin condiciones.
A medida que las fuerzas israelíes se han extendido constantemente hacia el sur, Rafah se ha convertido en la última ciudad importante de Gaza en la que las tropas aún no han entrado, a pesar de que es bombardeada con ataques aéreos casi a diario.
El primer ministro israelí, que sostiene que la “victoria” sobre Hamas no se puede lograr sin despejar los batallones en Rafah, ordenó a su ejército el viernes que se preparara para la operación. Su anuncio desató una ola de preocupación entre los líderes mundiales y los grupos de ayuda.
Netanyahu anunció el plan para una operación terrestre en Rafah sólo unos días después de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, visitara Israel en busca de un alto el fuego y un intercambio de rehenes y prisioneros.
El máximo líder israelí rechazó la tregua propuesta después de lo que calificó como “exigencias extrañas” por parte de los terroristas de Hamas.
Desde el inicio de la ofensiva israelí contra Gaza, el pasado 8 de octubre, han muerto más de 28.000 palestinos, en su mayoría mujeres, niños y adolescentes, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamas, que controla de facto el territorio desde 2007.
La UNRWA bajo presión
Al norte de la ciudad de Gaza, el ejército de Israel afirmó que sus tropas descubrieron un túnel de Hamas debajo de la sede de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
El Ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, pidió la dimisión del jefe de la organización, Philippe Lazzarini.
Lazzarini dijo que la agencia no había operado desde el complejo desde el 12 de octubre, cuando el personal lo evacuó siguiendo instrucciones de las fuerzas israelíes.
Las instalaciones de la ONU se consideran “inviolables” en el derecho internacional e inmunes a “requisas, confiscaciones, expropiaciones y cualquier otra forma de injerencia”.
Hamas ha negado repetidamente las acusaciones israelíes de que ha cavado una red de túneles debajo de escuelas, hospitales y otras infraestructuras civiles para encubrir sus actividades.
(Con información de AFP)