El régimen de Irán inició la construcción de cuatro plantas de energía nuclear más en el sur del país, con una capacidad total esperada de 5.000 megavatios, informó el jueves la agencia oficial de noticias IRNA.
Irán busca producir 20.000 megavatios de energía nuclear para 2041.
El país tiene una planta de energía nuclear activa, una planta de 1.000 megavatios que entró en funcionamiento con ayuda de Rusia en 2011. También construye una planta de 300 megavatios en la provincia de Juzestán, rica en petróleo, cerca de la frontera occidental con Irak.
IRNA citó a Mohammad Eslami, jefe de la agencia atómica de Irán, diciendo que se necesitarán hasta nueve años para completar las nuevas plantas.
El informe señala que las cuatro nuevas plantas se están construyendo en la ciudad portuaria de Sirik en la costa este de Irán, a unos 1.150 kilómetros al sur de la capital, Teherán.
Nasser Shariflou, director del proyecto, dijo a IRNA que el proyecto costará alrededor de 20.000 millones de dólares y creará 4.000 puestos de trabajo. Se espera que cada planta utilice 35 toneladas de combustible nuclear al año.
El anuncio se produce en medio de las crecientes preocupaciones de la comunidad internacional por posibles usos militares de la tecnología nuclear por parte del régimen. Occidente sospecha desde hace tiempo que Irán está adquiriendo armas nucleares. Irán niega que esté buscando ese tipo de armas.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la agencia de control nuclear de la ONU, indicó el año pasado que Irán ha incrementado el ritmo al que produce uranio de un nivel cercano al apto para fabricar armas nucleares.
El director general de OIEA, Mariano Grossi, dijo en el informe que Irán “en semanas recientes ha aumentado su producción de uranio altamente enriquecido, revirtiendo una reducción de producción anterior de mediados de 2023″, según un portavoz de la OIEA.
Irán había reducido previamente el ritmo al que estaba enriqueciendo uranio al 60% de pureza, lo que está a sólo un pequeño paso técnico del nivel de grado armamentístico del 90%.
“Restringiendo la cooperación”
A mitad de enero, Grossi también advirtió que Irán apenas coopera con la OIEA y que el organismo se siente “rehén” de las disputas de Teherán con los países occidentales.
“Es una situación muy frustrante. Continuamos nuestras actividades allí, pero al mínimo”, dijo Grossi en una entrevista en el Foro Económico Mundial de Davos. “Están restringiendo la cooperación de una forma sin precedentes”.
Puso como ejemplo el rechazo de Irán a los inspectores por sus nacionalidades.
“Es una forma de castigarnos por cosas externas”, dijo. “Cuando hay algo que Francia, Reino Unido o Estados Unidos dicen que no les gusta, es como si tomaran al OIEA como rehén de sus disputas políticas con otros. Esto es inaceptable para nosotros”.
Irán ralentizó el año pasado su ritmo de enriquecimiento de uranio, lo que se consideró un gesto de buena voluntad mientras comenzaban las conversaciones informales con Estados Unidos. Pero volvió a acelerar el enriquecimiento a finales de 2023.
“En este momento hay una meseta, pero podría cambiar en los próximos días”, dijo Grossi. “Nunca se sabe”.
Las ya de por sí malas relaciones entre Washington y Teherán han empeorado con el conflicto entre Israel y Hamas, y cada nación acusa a la otra de inflamar la situación, lo que complica aún más los esfuerzos por frenar el programa nuclear iraní.
“Diplomacia, diplomacia, diplomacia, eso es lo que necesitamos. Tenemos que seguir hablando, tenemos que evitar que la situación se deteriore hasta el punto de que sea imposible recuperarla.”
“No excluiría volver a Irán”, añadió Grossi.
(Con información de AP y AFP)