El presidente de la patronal francesa Medef (Movimiento de Empresas de Francia), Patrick Martin, se declaró este jueves favorable al acuerdo comercial entre la Unión Europea y el bloque sudamericano del Mercosur, pese a la oposición de los agricultores en Francia.
“¿Estamos dispuestos a suprimir un 20% de empleos franceses [correspondientes al sector de la exportación]?”, se preguntó Martin en la cadena France 2, en plenas protestas agrarias en la UE.
Pero “hay que darnos tiempo y verificar que los cuatro países sudamericanos implicados respetan un mínimo [de reglas] en material medioambiental y social”, precisó en referencia a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
“Vamos ir menos a China. Vayamos a Sudamérica, cuando llegue el momento”, sugirió.
Sin embargo, los agricultores franceses tienen en el punto de mira este acuerdo que la UE y el Mercosur negocian desde hace más de 20 años, porque, en su opinión, implicaría una “competencia desleal” con los productos europeos.
El acuerdo es una de las cuestiones que desencadenaron masivas protestas agrarias en Francia, que posteriormente se extendieron incluso a otros países de la Unión Europea para alertar del malestar del sector.
Este jueves, el primer ministro francés, Gabriel Attal, reiteró la oposición “clara y firme” de Francia al acuerdo comercial. Ayer, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, también expresó la disposición de París de librar “un pulso” en la UE contra el acuerdo en su forma actual, al considerar que “no es bueno para los ganaderos”.
Francia ofrece dinero y ayuda a los agricultores
En un intento e desactivar las protestas agrarias que vive el país desde hace dos semanas, el gobierno francés también anunció este jueves un mayor control del origen de los productos agrícolas y ayudas a los ganaderos.
El objetivo de las nuevas medidas es “reconocer mejor el oficio de agricultor, restaurar los ingresos, proteger contra la competencia desleal”, aseguró Attal.
El gobierno prevé así “más de 10.000 controles sobre el origen francés de los productos con sanciones que pueden alcanzar un 10% de la facturación de los industriales o distribuidores”, anunció el ministro de Economía, Bruno Le Maire.
Francia destinará 150 millones de euros (162 millones de dólares) “de manera perenne” a ayudas fiscales y sociales para los ganaderos y pedirá una definición “clara” en la UE de “lo que es la carne cultivada”.
Sobre los pesticidas, el gobierno dejará “en suspenso” el plan nacional Ecophyto, que fija objetivos de reducción de su uso, y prohibirá la importación de frutas y verduras tratadas con tiacloprid, un insecticida prohibido en la UE.
La segunda economía de la zona euro pidió además la adopción de “clausulas de salvaguardia” para el sector agrícola en los acuerdos comerciales, como para las aves de corral importadas desde Ucrania, y expresó su preocupación por los cereales ucranianos.
Esta tercera serie de medidas en menos de dos semanas “responde a una gran parte de las expectativas” de los agricultores, aseguró el primer ministro, para quien “el trabajo continuará”.
En Francia, el sector agropecuario ha retrocedido fuertemente desde el 18,1% del PIB en 1949, en plena reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial, al 2,1% en 2022, según datos oficiales