El régimen de Irán ejecutó este martes a un preso condenado a muerte por el supuesto asesinato de un policía durante las protestas que sacudieron el país por el fallecimiento de Mahsa Amini, lo que eleva a ocho el número de manifestantes ahorcados.
”La pena de muerte de Mohamed Ghobadlou se llevó a cabo esta mañana tras 487 días de procesos judiciales”, informó la agencia Mizan, perteneciente al Poder Judicial iraní.
Mizan explicó que Ghobadlou atropelló en septiembre de 2022 a un grupo de policías, lo que provocó la muerte de uno de ellos y heridas a otros cinco en Parand, urbe satélite de Teherán, durante las protestas que se desataron por la muerte de Amini en 2022.
Ghobadlou, de 23 años, fue sentenciado a dos penas de muerte por “corrupción sobre la tierra” a finales de 2023, pero el Tribunal Supremo paralizó la condena y mandó a revisar el caso para estudiar la salud mental del preso en febrero.
Mizan informó este martes que los tribunales rechazaron que el ejecutado sufriera problemas mentales.
La agencia estatal IRNA publicó este martes un vídeo con una supuesta confesión pública de Ghobadlou, en la que afirma que atropelló a los agentes de policía.
Amnistía Internacional (AI) afirmó que el joven sufría “discapacidad mental de largo plazo” y denunció que fue condenado en “una farsa de juicio, marcado por las confesiones conseguidas con torturas”.
La premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi condenó la ejecución de Ghobadlou en un mensaje publicado en redes sociales.
”La ejecución de Mohamed Ghobadlou es un deliberado acto de asesinato y un crimen”, afirmó Mohammadi, quien cumple varias penas de prisión en la cárcel Evin de Teherán.
Con el ahorcamientos de Ghobadlou ya son ocho las personas que han sido ejecutadas por supuestos delitos relacionados con las protestas desatadas por la muerte de Amini, uno de ellos en público.
La muerte de Amini provocó fuertes protestas que durante meses pidieron el fin de la República Islámica y solo desaparecieron tras una represión que causó 500 muertos y la detención de al menos 22.000 personas.
Irán es el principal país del mundo en la aplicación de la pena de muerte, con 576 ejecuciones llevadas a cabo en 2022, un sustancial aumento desde las 314 del año anterior, según Amnistía Internacional.
Grupos de derechos humanos han denunciado la ejecución de hasta 800 personas en el país en 2023, la mayoría de ellas por delitos relacionados con el tráfico y la posesión de drogas.
(Con información de EFE)