El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo el jueves que los ataques aéreos de Pakistán e Irán en el territorio del otro demostraban que Teherán no era “muy querido” en una región cada vez más tensa.
“Como pueden ver, Irán no es muy querido en la región”, dijo Biden a los periodistas en la Casa Blanca, añadiendo que “estamos trabajando para” comprender cómo se desarrollará la situación.
La fuerza aérea paquistaní hizo ataques de represalia contra Irán la madrugada del jueves, supuestamente contra escondites insurgentes. El bombardeo mató al menos a nueve personas y agravó las tensiones ya considerables entre los dos países vecinos.
Los impactos en la provincia iraní de Sistán y Baluchistán seguían al ataque iraní del martes en suelo paquistaní, que mató a dos niños en la provincia suroccidental paquistaní de Baluchistán.
Los bombardeos del martes y el jueves parecían ir dirigidos contra grupos armados baluches distintos con objetivos separatistas similares a ambos lados de la frontera entre Irán y Pakistán. Los dos países se han acusado mutuamente de ofrecer cobijo a los grupos que operan en sus respectivos territorios.
Las operaciones militares complicaban las relaciones entre los dos países. Hace tiempo que hay suspicacias entre Irán y Pakistán, una potencia nuclear, por ataques milicianos en la zona. Cada país enfrenta sus propias presiones internas, que podrían haber influido en las intervenciones militares.
El incidente también se producía durante la guerra de Israel con Hamas en la Franja de Gaza, que ha remecido a Oriente Medio. Irán realizó ataques aéreos el lunes por la noche en Irak y Siria en respuesta a un atentado suicida reivindicado por Estado Islámico y que mató a unas 90 personas este mes.
El Ministerio paquistaní de Exteriores describió sus bombardeos como “una serie de golpes militares muy coordinados y con precisión específicamente dirigida”.
“Las acciones de esta mañana se tomaron a la luz de información creíble sobre actividades terroristas inminentes de gran escala”, indicó el ministerio en un comunicado. “Esta acción es una declaración de la inquebrantable determinación de Pakistán para proteger y defender su seguridad nacional contra todas las amenazas”.
El ejército paquistaní dijo que había utilizado drones de diversos tipos, cohetes y misiles que pueden lanzarse desde una aeronave a gran distancia del objetivo, lo que probablemente implicaba que los cazas paquistaníes no habían entrado en el espacio aéreo iraní.
El primer ministro paquistaní en funciones, Anwaarul-Haq-Kakar, que estaba en Suiza para asistir a la reunión del Foro Económico Mundial en Davos, abrevió su viaje para regresar a casa, según Mumtaz Zahra Baloch, portavoz del Ministerio de Exteriores. También el ministro de Exteriores, Jalil Abbas Jilani, regresaba de un viaje a Uganda.
Un vicegobernador de la provincia iraní de Sistán y Baluchistán, Ali Reza Marhamati, dijo que en el ataque habían muerto tres mujeres, cuatro niños y dos hombres cerca de la localidad de Saravan, junto a la frontera con Pakistán. Añadió que los muertos no eran ciudadanos iraníes y reconoció otra explosión cerca de Saravan.
El Ejército de Liberación Baluche, un grupo separatista que opera en la región desde 2000, dijo en un comunicado que los ataques habían golpeado y matado a su gente.
“Paquistán pagará por ello”, advirtió el grupo. “Ahora el Ejército de Liberación Baluche no guardará silencio. Lo vengaremos y anunciamos una guerra contra el estado de Pakistán”.
Pakistán llamó a su operación “Marg Bar Sarmachar”. En farsi iraní, “marg bar” significa “muerte a”, y es una expresión frecuente desde su Revolución Islámica de 1979, empleada contra Estados Unidos e Israel. En el idioma baluche local, “sarmachar” significa guerrilla, y es un término que emplean los milicianos que operan en la región fronteriza.
Nacionalistas baluches mantienen desde hace más de dos décadas una insurgencia de bajo nivel en la provincia paquistaní de Baluchistán, así como en la vecina provincia iraní de Sistán y Baluchistán.
Sin embargo, los grupos señalados en los últimos días son distintos. Jaish al-Adl, el grupo separatista suní atacado por Irán el martes, nació de otro grupo extremista islámico conocido como Jundallah que fue acusado de tener lazos con Al Qaeda. Hace tiempo que se sospecha que Jaish al-Adhl opera desde Pakistán y realiza atentados contra fuerzas de seguridad iraníes.
Por su parte, se sospecha que el Ejército de Liberación Baluche, que no tiene un componente religioso y lucha contra fuerzas de seguridad paquistaníes e intereses chinos en la zona, se oculta en Irán.
(Con información de AFP y AP)