Taiwán pidió el domingo a China a “afrontar la realidad” y respetar los resultados de la elección ganada por el candidato proindependentista Lai Ching-te, del Partido Progresista Democrático (PPD).
“El Ministerio de Relaciones Exteriores llama a las autoridades de Beijing respetar los resultados electorales, enfrentar la realidad y desistir de reprimir a Taiwán para permitir que las interacciones positivas (entre las dos partes) vuelvan al buen camino”, indicó en un comunicado.
Los votantes taiwaneses ignoraron los llamados chinos a no votar por Lai, quien ganó las elecciones presidenciales del sábado con la promesa de defender la isla de las “intimidaciones” de Xi Jinping, que reafirmó su intención de reincorporar la isla a su territorio.
Lai, actual vicepresidente de la mandataria Tsai Ing-wen (en el poder desde 2016) obtuvo el 40,1% de los votos, según la Comisión Electoral Central. El PPD alcanzó así su tercer mandato consecutivo.
Estas elecciones se celebraron a la sombra de las amenazas de China, la potencia asiática comunista y segunda economía mundial, que considera que esta isla es parte de su territorio e insiste en su intención de “reunificar” el país, por la fuerza de ser necesario.
“Estamos decididos a proteger Taiwán de las intimidaciones y amenazas continuadas de China”, dijo Lai Ching-te en su discurso de la victoria.
Su principal adversario, Hou Yu-ih, del Kuomintang (KMT), que defiende un acercamiento con Beijing, admitió su derrota y afirmó que respeta “la decisión final del pueblo taiwanés”.
China, que antes de las elecciones describió a Lai como un peligroso “separatista”, afirmó tras el anuncio de los resultados que la votación “no obstaculizará la inevitable tendencia a la reunificación” del país.
El ejército chino prometió el viernes “aplastar” cualquier intento de “independencia” de Taiwán, situada a 180 km del continente.
Taiwán y China continental están separados de hecho desde 1949, cuando las tropas comunistas de Mao Zedong derrotaron a las fuerzas nacionalistas, que se refugiaron en la isla e impusieron una autocracia que en la década de 1990 se convirtió en una democracia.
Estas elecciones fueron seguidas de cerca tanto por China como por Estados Unidos, principal aliado militar de Taiwán, ya que las dos potencias compiten por ampliar su influencia en esta región estratégica del planeta.
Apoyo internacional
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, felicitó a Lai y a Taiwán por su “sólido sistema democrático”. Pero el presidente estadounidense, Joe Biden, reiteró la postura tradicional de Washington y afirmó: “No apoyamos la independencia” de la isla.
Estados Unidos apoya a Taiwán, pero mantiene relaciones diplomáticas plenas con China, que exige romper con Taipéi a los países con los que entabla relaciones.
La Unión Europea felicitó a “todos los electores” que participaron a “este ejercicio democrático”.
Lai, de 64 años, prometió durante la campaña continuar la senda de la presidenta Tsai Ing-wen, que gobernó dos mandatos (2016-2024) marcados por la creciente presión diplomática, económica y militar de Beijing.
“Lo que piensa China es asunto de China. Nosotros estamos eligiendo al presidente de nuestro propio país”, declaró Tsai Jin-hui, un taxista de 62 años.
“Un día el mundo reconocerá a Taiwán como un Estado soberano independiente”, agregó.
En sus mitines, Lai se presentó como el defensor del estilo de vida democrático de Taiwán que, desde su partido PPD, consideran ya como un Estado independiente de facto.
Las posturas soberanistas de Lai y de la presidenta Tsai son criticadas por la oposición del Kuomintang, que los acusa de irritar a China.
Frente a estos dos partidos, que se han alternado el poder desde el inicio de la democracia taiwanesa, el Partido Popular de Taiwán (PPT), se presentó como una “tercera vía” y su candidato, Ko Wen-je, obtuvo un 26,4% de los votos.
Además de escoger presidente, los taiwaneses renovaron su Parlamento y en las legislativas el oficialismo perdió su mayoría.
La oposición del KMT obtuvo 52 escaños, el oficialismo 51 y el TPP ocho legisladores, a lo que se suman dos independientes.
Territorio estratégico
Los comicios parecieron despertar interés en la red social china Weibo, donde la etiqueta “Elecciones Taiwán” se convirtió en una de las más populares, antes de ser bloqueada.
La isla es clave para la economía mundial, tanto por su posición estratégica entre el mar Meridional y el océano Pacífico como por su industria puntera de semiconductores, componentes indispensables en teléfonos, autos o misiles.
En los últimos años, China aumentó la presión militar sobre el territorio, lanzando maniobras a gran escala que atizaron el temor de una invasión.
También intensificó su campaña diplomática para aislar a Taiwán, ahora reconocida oficialmente por solo 13 Estados después de que países como Honduras o Nicaragua rompieran relaciones con Taipéi para establecerlas con Pekín.
(AFP)