Un hombre de 71 años, João Pimenta da Silva, falleció tras caer a un pozo de 40 metros de profundidad que él mismo había excavado bajo el piso de su cocina en la ciudad de Ipatinga, en el estado brasileño de Minas Gerais. La desafortunada caída se produjo después de que la víctima perdiera el equilibrio mientras buscaba lo que creía un tesoro enterrado.
La obsesión de Pimenta da Silva por este supuesto tesoro comenzó tras un sueño que él describió como “profético”, convencido de que bajo su cocina yacía oro. Según relatos de los vecinos, el hombre había empleado más de un año en esta búsqueda, contratando incluso a personas para ayudar con la excavación.
Arnaldo da Silva, un vecino, comentó a medios locales, incluyendo Globo, que había intentado persuadir al anciano de los peligros de cavar un hoyo tan hondo, pero Pimenta da Silva persistió, convencido de su eventual éxito.
La insistencia del buscador de tesoros llegó a tal punto que, afirmó da Silva, hablaba de utilizar dinamita para destruir una gran roca que obstruía su progreso. Inicialmente, comenzó pagando a sus ayudantes 70 reales brasileños al día (14 dólares), cantidad que aumentó hasta aproximadamente 495 reales (191 dólares) diarios a medida que el pozo se extendía en profundidad.
El trágico accidente ocurrió el 5 de enero, cuando Pimenta da Silva cayó a su muerte desde una plataforma de madera instalada cerca de la cima del pozo, mientras intentaba salir tras una jornada de retirar agua y barro. Un amigo que trabajaba con él intentó salvarlo sin éxito. El cuerpo fue extraído por los servicios de emergencia, encontrando al hombre con lesiones en la cabeza, fracturas de piernas y otros traumatismos severos que lo dejaron si opciones de sobrevivir.
La policía local y los bomberos acudieron al lugar del suceso el jueves después de la caída. La noticia de su fallecimiento y detalles de la impresionante excavación de un metro de diámetro y la altura equivalente a un edificio de 12 pisos, han circulado en varios medios brasileños, incluyendo fotografías del pozo.
Se desconoce con exactitud cuanto tiempo llevaba trabajando Pimenta da Silva en la excavación, pero este incidente ha puesto en perspectiva los peligros de las búsquedas de tesoros basadas en presunciones sin fundamento científico o histórico.
La muerte de Pimenta da Silva es un sombrío recordatorio de los riesgos extremos que algunas personas están dispuestas a correr en pos de riquezas inciertas.