El saldo de muertos del terremoto de Año Nuevo en Japón subió el lunes a 161, desde 128 la víspera, informaron las autoridades.
En tanto, el número de personas cuyo paradero se desconoce ascendió a 323, según responsables de la región central de Ishikawa, epicentro del sismo de magnitud 7,5 del 1 de enero.
El movimiento telúrico derribó edificios, desató un incendio y provocó olas de tsunami.
Miles de rescatistas llegaron de todo Japón para apoyar en las tareas de socorro, con dificultades por los cortes de carreteras y unos mil deslizamientos.
Además, la zona ha enfrentado nevadas los últimos dos días, complicando aún más las operaciones de rescate.
Contra todos los pronósticos, una nonagenaria que permaneció cinco días bajo los escombros de una casa colapsada en la ciudad de Suzu fue rescatada el sábado.
“¡Aguante!”, le gritaban los rescatistas bajo la lluvia, de acuerdo con un video filmado por la policía y difundido por los medios locales. “Todo va a salir bien”, “manténgase positiva”, le pedían.
Pero muchos corrieron con menos suerte. En la ciudad de Anamizu, en la misma península, un hombre de 52 años que perdió a su hijo de 21 años y a sus suegros esperaba noticias de otros miembros de su familia.
“Deseo que estén vivos, no quiero quedarme solo”, dijo a televisión pública NHK.
Lluvia y nieve
El clima helado también podría agravar las condiciones para las más de 28.800 personas en 404 refugios gubernamentales.
La lluvia constante aumentó el peligro de nuevos deslizamientos, mientras que las nevadas podrían hacer que más edificios colapsen bajo su peso, advirtió el gobierno regional.
Al menos 2.000 personas en varias comunidades de la península de Noto quedaron aisladas por las carreteras dañadas, con los deslizamientos que también impidieron la llegada de vehículos de socorro.
Por ello, los materiales de asistencia han demorado en llegar a zonas que están sin agua y electricidad.
Unos 20.700 casas en la región de Ishikawa permanecían el domingo sin electricidad y más de 66.100 carecían de agua.
“La primera prioridad ha sido rescatar a las personas que se encuentran bajo los escombros y llegar a las comunidades aisladas”, declaró el primer ministro Fumio Kishida en una entrevista con NHK el domingo.
El Ejército ha enviado pequeños grupos de tropas a pie a cada una de las comunidades aisladas, dijo.
El gobierno también ha “desplegado varios helicópteros de la policía y de los bomberos (...) para acceder a ellas desde el cielo”, añadió Kishida.
Japón experimenta cientos de terremotos cada año y la mayoría no causan daños, debido a los estrictos códigos de construcción en vigor desde hace más de cuatro décadas.
Pero muchas de las construcciones en el país son antiguas, sobre todo en comunidades de zonas rurales como Noto.
Japón aún conserva el recuerdo del devastador terremoto de 2011 que desencadenó un tsunami, dejó unos 18.500 muertos o desaparecidos y provocó una catástrofe nuclear en la central de Fukushima.
(Con información de AFP)