Corea del Norte planea lanzar otros tres satélites espía durante 2024, confirmaron este sábado medios locales. Éstos se sumarán al que ya fue puesto en órbita en noviembre de este año, el Malligyong-1, y permitirán al régimen fortalecer su capacidad militar y de control sobre naciones enemigas.
El anuncio se conoció durante la reunión plenaria del Comité Central del Partido de los Trabajadores que tuvo lugar la última semana, en la que Kim Jong-un estableció las bases y lineamientos en la materia para el año entrante, una muestra más de que la nuclearización y el refuerzo de la preparación militar seguirán siendo una de sus prioridades.
“A partir de la experiencia del lanzamiento y operación exitosa del primer satélite espía en 2023 en el sector de desarrollo espacial, se reveló la tarea de lanzar tres satélites espía más en 2024 y se discutieron medidas integrales para estimular el desarrollo de la tecnología de la ciencia espacial“, informó la cadena estatal KCNA.
El pasado 21 de noviembre, tras dos intentos fallidos, Corea del Norte confirmó que había conseguido posicionar con éxito su satélite en el espacio, que le permitirá una mejor preparación bélica en respuesta a los movimientos militares de Occidente. Inclusive, el régimen dijo, días más tarde, que el aparato había tomado “fotos de la base aérea de Anderson, del puerto de Apra -donde se ubica una base naval- y de otras zonas de importantes enclaves de las tropas norteamericanas” en la isla de Guam, en el Pacífico, aunque éstas nunca se conocieron.
La ONU alertó inmediatamente sobre este lanzamiento y lo condenó por los “riesgos importantes” que implica tanto para la aviación civil, el transporte marítimo internacional y la seguridad del mundo en general, en un momento en que el dictador sólo intensifica su retórica nuclear.
“Corea del Norte ha demostrado sistemáticamente su firme intención de seguir adelante con sus programas de armas nucleares y misiles balísticos, en violación de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad”, subrayaron entonces desde Naciones Unidas.
Por su parte, la Casa Blanca -uno de los principales objetivos de Kim- también rechazó sus acciones y las consideró una “violación descarada” de las sanciones impuestas por la comunidad internacional y un intento por desestabilizar la región. El lanzamiento “eleva las tensiones y corre el riesgo de desestabilizar la situación de seguridad en la región y fuera de ella”, apuntó la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson.
En el encuentro de esta semana, el dictador de Pyongyang anunció también que quedaba completamente descartada la posibilidad de una reconciliación y unificación con su vecino del sur dado que, aseguró, Seúl lo considera su principal enemigo. “Creo que es un error que ya no deberíamos cometer... considerar a las personas que nos declaran su ‘enemigo principal’ para una posible reconciliación y unificación”, dijo en ese sentido.
La tensión con la nación vecina se mantiene alta e, inclusive, días atrás, el norcoreano había ordenado al Ejército, la industria de municiones y el sector de armamento nuclear que aceleraran los preparativos bélicos para hacer frente a lo que describió como “movimientos de confrontación” sin precedentes provenientes de Estados Unidos y Corea del Sur, que trabajan por fortalecer su respuesta conjunta a las amenazas cada vez más frecuentes.
(Con información de AFP)