El dictador de Bielorrusia asistió el jueves a una reunión organizada por el régimen con niños traídos de áreas de Ucrania controladas por Rusia, desafiando abiertamente la indignación internacional por la participación de su país en la deportación de niños ucranianos por parte de Moscú.
En su intervención en el evento que marcó la llegada de un nuevo grupo de niños ucranianos antes de las vacaciones de Año Nuevo, el dictador Alexander Lukashenko prometió “abrazar a estos niños, traerlos a nuestra casa, mantenerlos calientes y hacer su infancia más feliz”.
Los funcionarios bielorrusos no dijeron cuántos niños ucranianos fueron llevados al país.
Un estudio reciente de la Universidad de Yale ha descubierto que más de 2.400 niños ucranianos de entre 6 y 17 años han sido traídos a Bielorrusia desde cuatro regiones ucranianas que han sido parcialmente ocupadas por las fuerzas rusas. La oposición bielorrusa ha instado a la Corte Penal Internacional a responsabilizar a Lukashenko y sus funcionarios por su participación en el traslado ilegal de niños ucranianos.
Pavel Latushka, un ex ministro de cultura bielorruso convertido en activista de la oposición que presentó a la CPI pruebas de la supuesta participación de Lukashenko en la deportación ilegal de los niños, dijo que la llegada de un nuevo grupo de los territorios ocupados por Rusia “subraya la necesidad de que la CPI investigar esos crímenes”.
“Lukashenko, sus familiares y asociados, junto con el Kremlin, han organizado un sistema de traslado de niños ucranianos, incluidos huérfanos, desde los territorios ocupados a Bielorrusia, y este canal sigue funcionando”, dijo Latushka a la agencia AP.
En marzo, la CPI emitió órdenes de arresto tanto para el presidente ruso Vladimir Putin como para su comisionada de derechos del niño, Maria Lvova-Belova, acusándolos de crímenes de guerra de deportación ilegal de niños y transferencia ilegal de niños de áreas ocupadas de Ucrania a Rusia. Moscú ha rechazado las acusaciones.
El defensor del pueblo de derechos humanos de Ucrania, Dmytro Lubinets, dijo en declaraciones televisadas el jueves que el traslado de miles de niños ucranianos a Bielorrusia ayudó a Moscú a encubrir la información sobre la deportación ilegal de niños.
A principios de este mes, la Cruz Roja Internacional suspendió el capítulo bielorruso de la organización después de que su jefe, Dzmitry Shautsou, provocara indignación internacional por alardear de que estaba transportando activamente a niños ucranianos desde áreas controladas por Rusia a Bielorrusia.
Shautsou calificó la medida de “absolutamente politizada”, afirmando que los niños ucranianos que visitaron Bielorrusia para “mejorar su salud” regresaron a casa sanos y salvos.
Bielorrusia ha sido el aliado más cercano de Moscú desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, cuando Lukashenko permitió que el Kremlin utilizara el territorio de su país para invadir Ucrania. Rusia también ha desplegado algunas de sus armas nucleares tácticas en Bielorrusia.
(Con información de AP)