El Banco Central de China anunció este jueves que intensificará los ajustes en su política monetaria macroeconómica con el fin de apoyar al sector y estimular un repunte de los precios, en medio de señales de crecientes presiones deflacionarias.
El Banco Popular de China (PBOC) “intensificará los ajustes de la política macroeconómica y consolidará continuamente las bases de la estabilidad y la mejora”, indicaron en un comunicado y sumaron que se “promoverá una recuperación de los precios desde niveles bajos” y se “mantendrán en un nivel razonable”.
Para ello, el organismo definió durante la reunión trimestral con el comité especialista mantener una liquidez amplia y guiar el crecimiento razonable del crédito. A la par, las autoridades de Beijing habían dado a conocer previamente iniciativas para la promoción del desarrollo estable y saludable del mercado inmobiliario, el apoyo financiero a empresas y grupos clave para estabilizar y ampliar empleos, el impulso y estimulación de la inversión privada, y garantías para la estabilidad de la moneda local.
El anuncio se conoció a pocos días de concluir uno de los años más arduos para la economía china, que enfrentó graves problemas que derivaron en números rojos. Si bien, gracias a una serie de iniciativas, el sector está dando ya las primeras señales de recuperación, aún se enfrenta a desafíos y obstáculos, como una demanda efectiva insuficiente y expectativas sociales débiles.
“El actual entorno externo se está volviendo más complejo y severo. La economía, el comercio y la inversión internacionales se están desacelerando, la inflación está cayendo desde niveles elevados y las tasas de interés en los países desarrollados siguen siendo altas”, agregaron empleados del Banco sobre los factores externos que también perjudican el repunte económico.
Para continuar en esta senda de mejora, los principales líderes chinos mantuvieron este mes una reunión clave en la que establecieron las bases para trazar el rumbo del sector en 2024, entre las que ya se había adelantado la implementación de una política monetaria “flexible, moderada, precisa y eficaz”. Los expertos anunciaron, también, que el crecimiento del financiamiento social total y de la oferta monetaria el año entrante coincidiría con las metas esperadas sobre la expansión económica y la inflación.
En el último tiempo, China sufrió fuertes golpes sobre su economía marcados por un débil mercado inmobiliario, una fuerte devaluación del yuan, una “apagada” demanda proveniente del exterior y una baja en las inversiones extranjeras que responden a las dificultades que enfrentan las empresas para operar en el país.
Esta situación llevó a que a principios de agosto, el gigante asiático entrara en deflación y más tarde, en noviembre, los precios al consumidor cayeran al ritmo más rápido en tres años, indicios de que la recuperación estaría más lejos de lo que se creía.
Con ánimo de revertir esta situación y fortalecer nuevamente los números de la potencia, el régimen de Xi Jinping impulsó una serie de medidas en la China post pandémica y pidió paciencia y resiliencia en lo que describió como un camino hacia el “rejuvenecimiento nacional”.
“Debemos ser pacientes y avanzar de manera firme. Debemos tener en cuenta el tamaño de la población y la gran brecha existente entre el desarrollo rural y el urbano. No podemos ser ambiciosos y poco realistas”, dijo tiempo atrás el líder del Partido Comunista en el país.
Gracias a estas iniciativas, los números sugieren que Beijing va a lograr alcanzar su objetivo de crecimiento del 5% en el sector económico para este 2023 y podría inclusive mantener su meta para el año próximo.
(Con información de Reuters)