Un carguero civil chocó este jueves contra una mina rusa en el mar Negro, cerca de los puertos ucranianos del Danubio, hiriendo a dos marineros, según autoridades y analistas, en un incidente que subraya los peligros a los que se enfrentan quienes exportan granos ucranianos durante la guerra.
Según las Fuerzas de Defensa del Sur de Ucrania, el buque, con pabellón de Panamá, chocó contra la mina flotante en medio de una tormenta cuando iba a recoger granos, y añadió que los mares agitados suelen aumentar el riesgo de las minas.
Al tiempo que los combates se prolongan durante el invierno y probablemente hasta el tercer año después del inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, y con pocos cambios recientes en la línea del frente, Ucrania intenta reforzar sus recursos financieros para lo que podría ser una guerra prolongada.
Luego que Rusia se retirara el pasado verano de un acuerdo de exportación auspiciado por la ONU, Ucrania puso en marcha un nuevo corredor marítimo en el mar Negro para transportar granos, metales y otros productos a los mercados mundiales. Esto ha impulsado la economía ucraniana, que depende de la agricultura.
El incidente de la mina se produjo a unos 130 kilómetros al suroeste de Chornomorsk, cerca de Odessa, en la costa sur de Ucrania, según informó la empresa de análisis de riesgos marítimos Ambrey. El barco, con 18 tripulantes, se dirigía a Izmail, otro puerto de la zona.
La mina detonó en la popa del barco, causando fallas en el equipo y la maquinaria y provocando la pérdida de potencia del buque, según Ambrey. Al parecer, el capitán maniobró en aguas poco profundas para evitar que el barco se hundiera.
La tan esperada contraofensiva ucraniana del verano pasado no logró en gran medida desplazar la línea del frente a pesar de los miles de millones de dólares en armamento enviados por sus aliados occidentales. Ello ha dado confianza a las fuerzas del Kremlin, sobre todo teniendo en cuenta que la ayuda occidental está en entredicho.
Un centro de estudios sostiene que la línea del frente no es actualmente “un punto muerto estable”. El Instituto para el Estudio de la Guerra de Washington afirmó en una evaluación a última hora del miércoles que “el equilibrio actual puede inclinarse en cualquier dirección por decisiones tomadas en Occidente o en Rusia, y los limitados avances rusos podrían llegar a ser significativos especialmente si Occidente corta la ayuda militar a Ucrania”.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, sugirió que Estados Unidos y los países de la Unión Europea tienen previsto seguir enviando ayuda a Kiev.
“Ni Washington ni Bruselas se abstienen de ayudar al régimen de Kiev (gobierno ucraniano) porque se dan cuenta de que estaría condenado sin esa ayuda”, dijo Lavrov en una entrevista con la agencia estatal de noticias Tass publicada el jueves. “Siguen empeñados en contener a Rusia a costa de los ucranianos y de sus vidas”.
(AP)