Un avión Antonov-24 de la época soviética, propiedad de Polar Airlines, con 30 pasajeros a bordo, sufrió un dramático incidente al aterrizar en el río congelado Kolyma, cerca de Zyryanka, en la región rusa de Yakutia. Según la fiscalía de transportes, el aterrizaje se debió a un error del piloto, por lo que se inició una investigación del asunto.
El portavoz de la fiscalía de transportes de Siberia Oriental informó de que las conclusiones preliminares atribuyen el incidente a un error de la tripulación en el pilotaje del avión. Esto provocó que el avión aterrizara fuera de la zona designada de la pista del aeropuerto de Zyryanka. Sin embargo, afortunadamente el aterrizaje no tuvo consecuencias y no hubo que lamentar víctimas.
La documentación visual de los fiscales mostraba el avión posado sobre el río helado, corroborada por las imágenes publicadas por el diario Izvestia, en las que se ve a los pasajeros desembarcando tras el inesperado aterrizaje.
El vuelo en cuestión, PI217, partió de Yakutsk, capital de la república de Sajá, en el Extremo Oriente ruso. Se dirigía a Zyryanka, a 1.100 kilómetros al noreste. El itinerario previsto incluía también una escala en Srednekolymsk antes de regresar a Yakutsk.
Un vídeo grabado por un pasajero reveló que el avión descansaba casi en el hielo del río Kolyma. El congelamiento es habitual en el extremo invierno siberiano, donde las temperaturas en Zyryanka caen en picado hasta unos -40 °C.
Los fiscales destacaron que el avión aterrizó en un banco de arena dentro del río, con huellas en la nieve que indican la distancia que recorrió antes de detenerse.
“Según la información preliminar, la causa del incidente aéreo fue un error de la tripulación en el pilotaje del avión”, declaró en un comunicado un portavoz de la fiscalía de transportes de Siberia Oriental.
“El avión An-24 aterrizó fuera de la pista del aeropuerto de Zyryanka”, dijo Polar Airlines en un breve comunicado. “No hubo víctimas”, añadió.
La nave, un veterano avión operativo desde 1971, ha realizado numerosos vuelos y experimentado cambios de propietario a lo largo de sus 52 años de historia.
Las autoridades están investigando activamente el incidente, con el objetivo de averiguar la secuencia exacta de los acontecimientos que condujeron al aterrizaje imprevisto de la aeronave.
El episodio vuelve a plantear interrogantes sobre los protocolos de seguridad aérea en Rusia, teniendo en cuenta las difíciles condiciones meteorológicas que imperan en Siberia.
(Con información de Reuters)