Desde las masacres del sábado 7 de octubre, que se cobraron la vida de cientos y dejaron desaparecidos o rehenes a tantos otros, Israel puso en marcha un grupo de trabajo conformado por expertos que dedica horas y horas al estudio de material con el fin de determinar el destino de todas estas personas.
Al principio, se conoció que de todas ellas, unas 240 habían sido tomadas rehenes por Hamas y llevadas a algún punto de la Franja de Gaza, donde muchas aún permanecen cautivas. Entre el resto, sin embargo, había otro gran grupo del que se desconocía su paradero o, inclusive, si continuaban con vida.
Es por ello que el gabinete de Benjamin Netanyahu convocó a la doctora Hagar Mizrahi, jefa de la división médica del Ministerio de Salud y cirujana; al doctor Chen Kugel, jefe del Centro Nacional de Medicina Forense; y al profesor Ofer Marin, cirujano y director del Centro Médico Shaare Zedek, quienes de inmediato se pusieron a trabajar para llevar una respuesta a las familias.
Hasta el momento, Israel no contaba con un comité de este estilo por lo que su puesta en marcha fue todo un desafío. “Este es un evento sin precedentes en magnitud y tipo. Hamas no dio números, nombres ni identificación de quiénes (de los rehenes) están vivos y quiénes muertos, ni qué quieren a cambio por ellos. Nos enfrentamos a una situación única. Esto es lo opuesto a lo que he hecho toda mi vida que es salvar vidas… lo hacemos con gran respeto”, explicó al respecto Marin.
Las tareas comenzaron pocos días después de la incursión y se dividió en etapas, que hasta el día de hoy se mantienen, a fin de realizar un trabajo meticuloso y preciso que arroje un resultado seguro y confiable.
En un primer momento, los profesionales debieron realizar un balance general y elaborar una lista para tener un punto de partida más ordenado. Así, recorrieron hospitales identificando a las víctimas mortales, a los heridos, y visitaron los kibutz y casas atacadas, donde también se encontraron con cuerpos, marcas de sangre y signos de lucha, entre otras cosas.
Una vez realizada esta evaluación general comenzó la segunda parte: ensamblar todas las piezas de este rompecabezas y sacar de ellas la mayor información posible.
Para ello, el grupo se valió de una serie de elementos que fue combinando para la reconstrucción de los sucesos. Por un lado, tomó los testimonios de vecinos y familiares que presenciaron los ataques; a la par, rastrearon todas las cámaras de seguridad de la zona, que pudieran tener evidencia. Por último, se sumergieron en las redes sociales, donde circulaba una gran cantidad de fotos y videos de las víctimas siendo aniquiladas, raptadas e incluso de cámaras GoPro instaladas en los uniformes de los terroristas que capturaron toda la secuencia.
Todas estas pruebas tomadas en suelo israelí permitieron llevar a cabo un primer análisis. “Si se ve a una persona que recibió un disparo y está yaciendo en el suelo, en exactamente el mismo lugar sin mostrar movimiento, a las 07:00, a las 09:00, a las 11:00 y a las 13:00, se pueden sacar algunas conclusiones”, explicó Marin.
Otros indicios utilizados por los expertos fueron muestras de heridas mayormente mortales -como de bala en la cabeza-, la ausencia de movimientos de párpados o de actividad respiratoria, la comparación de fotos antes y después, y el estudio de clips una y otra vez, poniendo atención a detalles.
A su vez, quedan sometidos a un mayor escrutinio las imágenes estáticas o videos provistos por Hamas ya que podrían haber sido adulterados, así como los recuerdos de testigos o las declaraciones de rehenes liberados, que pueden resultar antiguos o erróneos.
Aquí no termina el proceso, sin embargo, ya que se requiere de una segunda instancia de corroboración para dar por confirmada la muerte de una persona.
“No determinaremos que una persona está muerta basándonos en pruebas de que fueron gravemente heridos cuando fueron arrastrados a Gaza porque no tenemos forma de saber si recibieron tratamiento médico, cuándo, la calidad o, incluso, si sobrevivieron o no”, agregó el Profesor y aseguró que “no quieres golpear a la puerta de una madre y decirle que su hijo está muerto y que luego se encuentre que está vivo, incluso si está gravemente herido”.
Por eso, los expertos siempre toman decisiones en base a por lo menos dos fuentes de información. Es entonces que ingresa la segunda arista del material, aquella recopilación de información de Inteligencia proveniente de la Franja de Gaza. Si bien por cuestiones de seguridad no se conoce con exactitud cómo es que se consiguen estos datos, se sabe a grandes rasgos que mucha de ella proviene de las agencias israelíes -el Aman, el Mossad y el Shin Bet- y de los allanamientos que las tropas realizan al liberar zonas.
Ahora sí, una vez contemplados todos estos datos, los doctores deliberan y pueden concluir si una persona está muerta. A continuación, entonces, repasan todas las evidencias para tratar de determinar la causa de la muerte, ya que es el paso final de la confirmación de un deceso y otra señal más de certeza.
Por último, se debe dar aviso a las familias. Para ello, se elabora un informe detallado en el que se mencionan las evidencias analizadas, aunque no se incluye el material por seguridad, y se entrega al rabino Yitzhak Yosef. Una vez conseguida su aprobación, las Fuerzas de Defensa contactan al círculo con la noticia y éstas deciden cuándo hacer pública la información así como el proceso de entierro y luto sin el cuerpo.
Dadas las condiciones de los secuestros y cautiverio en Gaza, los expertos no pueden establecer denominadores en común que permitan determinar con mayor rapidez el destino de los ausentes ya que cada caso es único y requiere de su evaluación total.