Estados Unidos expresó este sábado su preocupación por la desaparición del líder opositor ruso Alexei Navalni hace ya casi tres semanas.
En un mensaje publicado en redes sociales, el secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que la Administración de Joe Biden está “profundamente preocupada por el paradero de Alexei Navalni, que lleva casi tres semanas desaparecido en el sistema penitenciario de Rusia” y exigió nuevamente “su liberación inmediata y el fin de la contínua represión de las voces independientes” en el país.
El líder opositor lleva desaparecido desde el 6 de diciembre, cuando su familia y su equipo de abogados perdieron el contacto con él. Desde entonces, no han podido dar con su paradero, incluso tras recorrer e inspeccionar en persona todos los centros de detención en Moscú y escribir a los más de 200 sitios de detención preventiva y colonias penales.
El 15 de diciembre, los servicios penitenciarios rusos (FSIN) admitieron que el preso había sido trasladado desde la cárcel de máxima seguridad de Vladímir, donde cumplía condena desde junio de 2022, pero no precisaron su nuevo destino. Se cree que lo mantienen en una celda sin ventilación, con un tiempo mínimo para estar al aire libre y que está privado de comida -inclusive, se habría desmayado del hambre-.
Días más tarde, el 18 del mes, mientras su paradero seguía siendo una incógnita, la Justicia ordenó la paralización de nuevos procesos penales en su contra tras reiteradas incomparecencias, algo inhabitual en él, que solía asistir de forma telemática. “El Tribunal simplemente abandonó su responsabilidad de administrar Justicia”, sostuvo Kira Yarmysh, vocera de Navalny.
Activistas opositores a Putin denunciaron que se trata de una estrategia del líder del Kremlin de cara a las elecciones de 2024, para las que el pasado 8 de diciembre anunció su candidatura. Así, gracias a una reforma constitucional, el ruso podrá buscar un nuevo período al frente del país y, casi sin dudas, lo conseguirá valiéndose de su maquinaria de fraude e intimidación.
Navalni, en el último tiempo, había comenzado a alentar a la disidencia para que se organizara y proponga un candidato fuerte para hacer frente a Putin. Desde la cárcel, envió a los principales representantes del bando opositor e influyentes blogueros y periodistas un cuestionario con diez preguntas sobre estrategias a estudiar, lo que habría sido percibido por el oficialismo como una amenaza.
Asimismo, este sábado la Comisión Electoral bloqueó la candidatura de su principal rival, la periodista y ex concejala municipal Yekaterina Duntsova. La mujer es conocida por militar por la democracia y el fin de la ofensiva en Ucrania, que Putin fijó como uno de los pilares de sus últimos dos años en el cargo.
La Comisión alegó “errores en los documentos” presentados para el registro de la candidatura por unanimidad de los miembros aunque ya se prevé que ni ella ni las 28 personas que también enviaron su dossier logren una victoria el año entrante.
“En los últimos diez años, el país ha estado avanzando en la dirección equivocada”, hacia la “autodestrucción”, dijo Dunstova al anunciar sus planes electorales. “Quiero que Rusia sea un Estado democrático, floreciente y pacífico”, agregó.