La policía del régimen de Irán cerró este viernes una gran librería del centro de Teherán porque en ella se permitía que las mujeres entraran sin velo, según informó un diario local.
“Hoy [viernes], hacia el mediodía, la policía fue [...] a Shahr-e-Ketab [”ciudad del libro”, en farsi], en el centro de Teherán, y la cerró”, informó el periódico Shargh, de talante reformista, en su página web.
Shargh indicó que la clausura se debió al incumplimiento de las normas comerciales, “órdenes del Ministerio del Interior” y a la “presencia de clientas sin velo”.
La librería confirmó que las autoridades la habían cerrado, en una breve declaración publicada en su cuenta de Instagram, sin aportar más detalles.
En los últimos meses, varias librerías han sido cerradas con el pretexto de que las empleadas o clientes no respetan la normativa del hiyab. Lo mismo ocurre también con otros establecimientos de restauración y ocio, según ha recogido el portal Iran Wire.
Desde la Revolución Islámica de 1979, el uso del velo es obligatorio en Irán para todas las mujeres, aunque sean extranjeras. Todas deben ocultar su cabello en público.
Pero, tras el movimiento de protesta desencadenado por la muerte en septiembre de 2022 de Mahsa Amini -una kurda iraní de 22 años que falleció mientras estaba detenida por supuestamente haber infringido el estricto reglamento de indumentaria- cada vez más mujeres han aparecido en público sin velo.
Frente a los actos de desobediencia por parte de las mujeres respecto al uso de esta prenda, las autoridades anunciaron la realización de más controles, sobre todo con cámaras de vigilancia. También detuvieron a varias artistas que posaron sin hiyab en redes sociales y al menos 12 actrices tienen prohibido trabajar por no haber ocultado su cabello en espacios públicos de la República Islámica. “Quienes no respeten la ley no podrán trabajar”, comunicó en octubre el ministro de Cultura y Orientación Islámica, Mohamad Mehdi Esmaili.
En julio, un medio estatal anunció que habían aumentado las patrullas de vigilancia y en septiembre, el Parlamento votó a favor de un proyecto de ley para endurecer las sanciones de quienes incumplan dicho reglamento impuesto por los ayatollahs. Dicha normativa llegó a ser tildada de “apartheid de género” por expertos de Naciones Unidas.
Y a finales de octubre murió la joven Armita Garavand tras pasar 28 días en coma después de un supuesto altercado con policías por no llevar el velo islámico en el metro de Teherán, un extremo que niega el régimen iraní.
(Con información de AFP, EFE y EuropaPress)