Un joven, cuya identidad aún no ha sido confirmada por la policía, abrió fuego este jueves en la Universidad Carolina de Praga, dejando a 15 muertos -él uno de ellos- y al menos 24 heridos. Se trata de la peor matanza en la República Checa y el peor ataque de esta naturaleza en un centro educativo en el mundo este año.
La Policía, que respondió de inmediato a la emergencia, ya inició una investigación, de la cual han trascendido los primeros datos.
Si bien aún no se conoce con seguridad la identidad del atacante, medios locales se dirigen a él como David K, un estudiante del Instituto de Historia Mundial de la facultad. El jefe de la policía local, Martin Vondrasek, sí se refirió a él como un excelente estudiante que, inclusive, ganó un premio del Instituto Polaco en Praga por su tesina sobre Polonia. El medio local Idnes le atribuyó problemas psicológicos.
En un intento por reconstruir la secuencia, la policía dijo recibir cerca de las 12:45 hora local la primera información sobre un joven de 24 años, oriundo de la localidad de Houston, coincidente con el perfil de “David K”, que viajaba a Praga con la intención de quitarse la vida. Se cree que estos datos podrían provenir de un canal de Telegram en el que el atacante publicó mensajes con información de este estilo aunque aún no ha sido confirmado.
Más tarde, a las 14:59 hora local, “recibimos el primer aviso sobre un tiroteo”, dijo Vondrasek. Los oficiales se presentaron en la facultad de Filosofía y Letras, situada en la plaza de Jan Palach, 12 minutos más tarde. Allí, constataron la situación y a las 15:20 confirmaron que el atacante estaba muerto.
El cuerpo presentaba “graves heridas” y se cree que su muerte habría sido producto de un suicidio aunque esto aún no se ha determinado con seguridad ya que la policía también disparó contra él.
Hasta el momento, “nada sugiere que actuó con un cómplice” ni existen indicios de que se trate de un caso de terrorismo internacional o de que hubiese algún artefacto explosivo implicado, por lo que se descartó la existencia de una amenaza latente.
Sin embargo, sí se conoció que el jóven, que poseía varias armas de forma legal, era buscado por la policía de la región de Bohemia Central, de donde era, en relación a la muerte violenta de un hombre nacido en 1968 -de 55 años- que sería su padre. Su cuerpo fue hallado sin vida en su domicilio.
La naturaleza del acto percató a las autoridades de que no se trató de un crimen aleatorio sino que se trató de algo premeditado, incluso inspirado en un “caso similar que ocurrió en Rusia durante este otoño”. “Fue un hecho bien planeado y horrible”, agregó el Jefe de la Policía.
El ataque de este jueves se convirtió en la peor matanza registrada en el país que, hasta el momento, se atribuía al suceso del 24 de febrero de 2015, cuando ocho personas murieron en un tiroteo perpetrado por un hombre armado que, luego, se suicidó. El hecho tuvo lugar en la localidad de Uhersky Brod, en el este.
Asimismo, superó en magnitud a otros tiroteos en centros educativos en todo el mundo durante este 2023, y dejó en segundo lugar al del pasado 3 de mayo en una escuela de Belgrado, Serbia, donde un alumno de 14 años disparó contra sus compañeros y personal docente y de seguridad, dejando nueve muertos y varios heridos.
El primer ministro checo, Petr Fiala, no tardó en expresar su pesar por lo ocurrido y anunció la cancelación de su agenda oficial en Olomouc para regresar a la capital y estar presente tras estos “trágicos acontecimientos”.
Por su parte, el presidente Petr Pavel escribió en sus redes sociales: “Estoy consternado por los acontecimientos… me gustaría expresar mi profundo pesar y mi más sentido pésame a las familias y parientes de las víctimas del tiroteo”.
(Con información de AFP, AP, EFE y Europa Press)