Los países del G7 condenaron este martes el último lanzamiento de un misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte y exigieron al régimen de Kim Jong-un que desmantele su programa nuclear.
Los ministros de Exteriores de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) reaccionaron así al lanzamiento de ayer, del quinto misil de largo alcance de Pyongyang en lo que va de año.
“Reiteramos nuestro llamado a la desnuclearización completa de la Península de Corea y exigimos que Corea del Norte abandone sus programas y armas nucleares”, expresaron.
“Amenazaría aún más la paz y la estabilidad de la región y de todo el mundo”, se lee en el texto, en el que el G7 apunta directamente a Rusia. “Respeten las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y cesen inmediatamente todas esas actividades”, exige.
Los miembros del G7 consideran necesaria una “respuesta internacional, rápida, unida y sólida”, especialmente por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ante las “repetidas acciones imprudentes de Corea del Norte”.
Expresaron, además, su profunda preocupación por “la posibilidad de cualquier transferencia de tecnología nuclear relacionada con los misiles balísticos a Corea del Norte” y reiteraron su “enérgica condena” a la transferencia de armas norcoreanas a Rusia.
El G7 pidió además al régimen norcoreano que haga diplomacia y acepte “las repetidas ofertas de diálogo” por parte de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.
“Deploramos la decisión de Corea del Norte de priorizar sus programas ilegales de armas de destrucción masiva y misiles balísticos por encima del bienestar del pueblo de Corea del Norte”, agregó el foro político.
El régimen de Corea del Norte aseguró este martes que lo lanzado ayer fue un misil balístico intercontinental Hwasong-18 de combustible sólido y dijo que el dictador Kim Jong-un “observó el lanzamiento sobre el terreno” para “enviar una advertencia” a Washington y sus aliados.
Kim Jong-un amenazó con efectuar “las acciones más ofensivas” para repeler lo que dijo son crecientes amenazas militares encabezadas por Estados Unidos después de que supervisó la tercera prueba del misil más avanzado de su país, diseñado para alcanzar el territorio continental estadounidense, reportaron medios estatales el martes.
La declaración de Kim deja entrever que confía en su creciente arsenal de misiles y que probablemente seguirá probando armas antes de los comicios presidenciales del año próximo en Estados Unidos. Pero muchos observadores dicen que Corea del Norte aún necesita efectuar pruebas más significativas para demostrar que tiene misiles funcionales apuntados hacia el territorio continental estadounidense.
Tras el fracaso de las negociaciones sobre desnuclearización con Estados Unidos en 2019, Corea del Norte aprobó un plan de modernización armamentístico (que incluye desplegar satélites militares y ha supuesto el test de numerosos misiles), además de rechazar el reinicio del diálogo y buscar un mayor acercamiento con China y Rusia.
A su vez, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos han reforzado su cooperación en materia de seguridad y Washington ha incrementado el despliegue periódico de activos estratégicos en la península.
Tras observar el lanzamiento del lunes del misil balístico intercontinental Hwasong-18, Kim dijo que la prueba mostró cómo podría responder Corea del Norte si “los enemigos” siguen “con las opciones erróneas”, según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA).
(Con información de EFE y Europa Press)