Cumbre de la Unión Europea: el premier húngaro Viktor Orban anticipó que vetará el ingreso de Ucrania

El mandatario cree que “no hay razones para discutir nada, porque las precondiciones no fueron cumplidas”. Los dirigentes de Bruselas, favorables a la adhesión, descongelaron pagos por 11.000 millones de dólares para Budapest

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Líderes de la UE y
Líderes de la UE y mandatarios europeos en Bruselas (EFE)

Los miembros de la Unión Europea celebran este jueves y viernes una cumbre en Bruselas en la que abordaran la cuestión espinosa de la ampliación del bloque a nuevos países como Ucrania y un nuevo paquete de ayuda para el país, con la amenaza de un veto de Hungría.

En la cumbre, los países de la UE discutirán la sensible cuestión de la ampliación del bloque a nuevos socios, y podrían emitir una recomendación de abrir formalmente negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia.

Esta discusión ocurre en momentos en que aumentan las dudas sobre la continuidad del respaldo de las potencias occidentales a Ucrania en su guerra contra la invasión de Rusia, que comenzó en febrero de 2022.

La cuestión de la ampliación y la adhesión es tan espinosa que fuentes diplomáticas no descartan que la cumbre pueda extenderse incluso hasta el sábado.

Además de la ampliación, los dirigentes deberían dar luz verde a un nuevo paquete de ayuda financiera a Ucrania por 50.000 millones de euros (más de 54.000 millones de dólares).

Sin embargo, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, ya se pronunció en contra del inicio de las conversaciones con Ucrania y también bloquea la aprobación del enorme paquete financiero.

En una carta a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, Orban llegó a pedir formalmente que la cuestión de Ucrania sea excluida de la agenda de la cumbre, para evitar un fracaso por la ausencia de consenso.

En la tarde del miércoles, en la víspera de la cumbre, la UE anunció el desbloqueo de pagos a Hungría por hasta 10.200 millones de euros (unos 11.000 millones de dólares) que habían sido congelados por dudas sobre el funcionamiento del Estado de Derecho en ese país.

Pero este jueves Hungría ratificó su negativa. “No hay razones para discutir nada, porque las precondiciones no fueron cumplidas (...) De forma que no estamos en posición de comenzar a negociar”, dijo el dirigente húngaro al llegar a la cumbre.

El primer ministro de Hungría,
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán (EFE)

Poco lugar al optimismo

Ante la postura de Orban, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, aseguró que “no hay razones” para que el mandatario húngaro se oponga a la adhesión.

En este escenario, la cumbre de los mandatarios de los países de la UE deberá vencer las resistencias húngaras y resguardar la unidad del bloque.

“No soy muy optimista, después de haber hablado con Orban sobre estos temas”, dijo el miércoles la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas.

De su lado, Michel aseguró que los diplomáticos mantenían los contactos y que se estaba trabajando “día y noche” para pavimentar un camino a un acuerdo.

El cruce entre Zelensky y
El cruce entre Zelensky y Orban en Buenos Aires, Argentina (REUTERS/Matias Baglietto)

Donald Tusk, nuevo primer ministro de Polonia y ex presidente del Consejo Europeo, dijo: “Lo más importante para nosotros, como europeos, es apoyar de forma eficaz a Ucrania (...) “No puedo aceptar este sentimiento de apatía o de fatiga”.

Por su parte, el primer ministro saliente de los Países Bajos, Mark Rutte, afirmó que “es vital” un acuerdo sobre los 50.000 millones de ayuda para Ucrania. Los ucranianos, “están luchando nuestra pelea. Y tenemos que hacerlo esta semana. De forma que voy a trabajar sin descanso con mis colegas para que el proyecto sea aprobado”, dijo.

La cumbre europea debería también conceder el estatus de país candidato a la adhesión a Georgia, al tiempo que Bosnia aún tendría que cumplir con demandas iniciales para que las negociaciones de adhesión puedan comenzar.

Aún si los mandatarios europeos deciden abrir negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, el proceso normalmente tarda varios años en los que se extienden las conversaciones y se implementan reformas, y en algunos casos pueden durar más de una década.

(Con información de AFP)

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