Los negociadores de las Naciones Unidas sobre el clima llamaron el miércoles al mundo que abandone los combustibles fósiles, que calientan el planeta y los científicos consideran los principales responsables del cambio climático, en una decisión que el jefe de las negociaciones calificó de histórica, a pesar de las preocupaciones de los críticos sobre las lagunas jurídicas.
“La humanidad ha hecho por fin lo que debería haber hecho hace mucho, mucho tiempo”, declaró Wopke Hoekstra, Comisario europeo de Acción por el Clima.
Después de casi 30 años hablando de la contaminación por carbono, los negociadores del clima apuntaron explícitamente en un documento clave a lo que provoca el calentamiento: la combustión de carbón, petróleo y gas natural.
A los pocos minutos de inaugurarse la sesión del miércoles, el Presidente de la COP28, Sultan al-Jaber, dio el visto bueno al documento central -el balance global que indica hasta qué punto el mundo va por mal camino en materia climática y cómo retomar el rumbo- sin pedir comentarios. Los delegados se pusieron en pie y se abrazaron.
“Es un plan liderado por la ciencia”, dijo al-Jaber. “Es un paquete mejorado, equilibrado, pero no nos equivoquemos, un paquete histórico para acelerar la acción climática. Es el consenso de los Emiratos Árabes Unidos”.
“Por primera vez en la historia, nuestro acuerdo final incluye un lenguaje sobre los combustibles fósiles”, afirmó al-Jaber, que también es Consejero Delegado de la petrolera emiratí.
El Secretario de las Naciones Unidas para el Clima, Simon Stiell, dijo a los delegados que sus esfuerzos eran “necesarios para poner fin al principal problema climático de la humanidad: los combustibles fósiles y la contaminación que quema el planeta. Aunque en Dubai no pasamos página a la era de los combustibles fósiles, este resultado es el principio del fin”.
Stiell advirtió a la gente de que lo aprobado era un “salvavidas de la acción climática, no una línea de meta”.
El nuevo acuerdo se había presentado a primera hora del miércoles y era más sólido que un borrador propuesto días antes, pero tenía lagunas que molestaron a los críticos. Los analistas y los delegados se preguntaban si iba a haber una pelea en el hemiciclo por los detalles, pero al-Jaber actuó con rapidez, sin dar a los críticos la oportunidad siquiera de aclararse la garganta.
Varios minutos después, Anne Rasmussen, delegada principal de Samoa en nombre de las pequeñas naciones insulares, se quejó de que ni siquiera estaban en la sala cuando al-Jaber dijo que el acuerdo estaba cerrado. Afirmó que “no se ha garantizado la necesaria corrección del rumbo”, ya que el acuerdo representa el mantenimiento de la situación actual en lugar de una reducción exponencial de las emisiones. Dijo que el acuerdo podría “hacernos retroceder en lugar de avanzar”.
Cuando Rasmussen terminó, los delegados gritaron, aplaudieron y se pusieron en pie, mientras al-Jaber fruncía el ceño y acababa uniéndose a la ovación que se prolongó más que sus aplausos. Los delegados de las Islas Marshall se abrazaron y lloraron.
Bolivia denunció el acuerdo como una nueva forma de colonialismo. Pero el miércoles hubo más autofelicitaciones que críticas.
“Estoy asombrado por el espíritu de cooperación que ha reunido a todo el mundo”, declaró John Kerry, Enviado Especial de Estados Unidos. Dijo que demuestra que el multilateralismo aún puede funcionar a pesar de lo que el mundo ve con las guerras en Ucrania y Oriente Medio. “Este documento envía mensajes muy fuertes al mundo”.
El acuerdo también incluye un llamamiento a triplicar el uso de energías renovables y duplicar la eficiencia energética. Anteriormente en las conversaciones, la conferencia adoptó un fondo especial para las naciones pobres perjudicadas por el cambio climático y las naciones pusieron casi 800 millones de dólares en el fondo.
“A mucha gente le habría gustado un lenguaje más claro” sobre la eliminación de los combustibles fósiles, dijo Kerry. Pero dijo que se trata de un compromiso.
Arabia Saudita, rica en petróleo y cuya OPEP amenazaba con torpedear un acuerdo, saludó el acuerdo como un éxito.
El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, que ha puesto en el punto de mira a las petroleras y sus enormes beneficios, también lo celebró, afirmando en un comunicado que “por primera vez, el resultado reconoce la necesidad de abandonar los combustibles fósiles”.
“La era de los combustibles fósiles debe terminar, y debe terminar con justicia y equidad”, afirmó.
El acuerdo no va tan lejos como para buscar una “eliminación progresiva” de los combustibles fósiles, algo que más de 100 naciones, como pequeños estados insulares y naciones europeas, habían pedido. En su lugar, aboga por “abandonar los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica”.
El acuerdo dice que la transición se hará de forma que el mundo llegue a cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 y siga los dictados de la ciencia climática. Para alcanzar el umbral acordado, se prevé que el mundo alcance su punto máximo de contaminación por carbono en 2025, pero se deja un margen de maniobra para que algunos países, como China, lo hagan más tarde.
Tras el acuerdo, China declaró que los países desarrollados deben “tomar la delantera” en la transición energética y proporcionar ayuda financiera a las naciones en desarrollo “sin demora”. “Los países desarrollados tienen una responsabilidad histórica inquebrantable en el cambio climático y, por tanto, deben tomar la delantera para emprender la senda de los 1,5 grados centígrados antes que el resto del mundo”, declaró el viceministro chino de Medio Ambiente, Zhao Yingmin, en la COP28.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aplaudió el acuerdo alcanzado y lo consideró el punto de partida para un mundo sin combustibles fósiles. “El acuerdo marca el principio de una era posterior a los [combustibles] fósiles”, señaló la funcionaria en un mensaje en redes sociales, quien destacó también el apoyo global a las ambiciosas metas energéticas de la Unión Europea (UE).
Las intensas sesiones con todo tipo de delegados se prolongaron hasta altas horas de la madrugada del miércoles, después de que el documento inicial de la presidencia de la conferencia irritara a muchos países al evitar llamamientos decisivos a la acción para frenar el calentamiento. Al-Jaber presentó a los delegados de casi 200 países un nuevo documento justo después del amanecer.
Era la tercera versión presentada en unas dos semanas y la palabra “petróleo” no aparece en ninguna parte del documento de 21 páginas, pero “combustibles fósiles” aparece dos veces.
“Es la primera vez en 28 años que se obliga a los países a ocuparse de los combustibles fósiles”, declaró a The Associated Press la directora de justicia energética del Centro para la Diversidad Biológica, Jean Su. “Es una victoria general. Pero los detalles reales en esto son severamente defectuosos”.
“El problema con el texto es que sigue incluyendo lagunas cavernosas que permiten a Estados Unidos y a otros países productores de combustibles fósiles seguir adelante con su expansión de los combustibles fósiles”, dijo Su. “Hay un fallo bastante mortal, fatal, en el texto, que permite que continúen los combustibles de transición”, que es una palabra clave para gas natural que también emite contaminación por carbono.
Varios activistas destacaron lo que consideran lagunas jurídicas.
El ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, premio Nobel de la Paz y activista por el clima, dijo que aunque es un hito importante “reconocer por fin que la crisis climática es en el fondo una crisis de los combustibles fósiles”, calificó el acuerdo de “lo mínimo” con “medias tintas y lagunas”.
“Que éste sea un punto de inflexión que marque realmente el principio del fin de la era de los combustibles fósiles depende de las acciones que vengan después”, afirmó Gore.
(Con información de AP y AFP)