La ONG Human Rights Watch (HRW) acusó a los rebeldes yemeníes hutíes de perpetrar crímenes de guerra por sus ataques contra barcos civiles en el mar Rojo durante las últimas semanas y cuyo objetivo es evitar que lleguen buques hacia Israel a través de esta ruta.
“Los hutíes afirman que están llevando a cabo ataques en nombre de los palestinos, cuando la realidad es que están atacando, deteniendo arbitrariamente y poniendo en peligro a civiles de las tripulaciones de barcos que no tienen ninguna conexión con ningún objetivo militar conocido. Los hutíes deberían liberar inmediatamente a los rehenes y poner fin a sus ataques contra civiles atrapados en el fuego cruzado de su guerra declarada contra Israel”, señaló el director adjunto para Oriente Próximo y el Norte de África de HRW, Michael Page.
En ese sentido, acusó al grupo armado de atacar estos objetivos civiles con el “pleno conocimiento” de que no se trataba de un objetivo militar.
Este tipo de ataques contra civiles “están prohibidos en cualquier circunstancia” bajo el Derecho Internacional Humanitario, que además obliga a las partes en conflicto a tomar “todas las precauciones necesarias” para evitar dañar a la población civil y para verificar que todos sus objetivos son militares.
Los hutíes han lanzado varios ataques con misiles y drones contra territorio israelí desde el comienzo de la guerra entre el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) e Israel el pasado 7 de octubre, y también han amenazado con atacar cualquier buque que sea propiedad o estén operados por empresas israelíes o lleven bandera de Israel en el mar Rojo. Además, anunciaron que impedirían el tráfico a cualquier barco con destino a Israel hasta que la población de Gaza reciba “toda la ayuda que necesita”.
Ataques y secuestro de barcos civiles
De hecho, llegaron a secuestrar al buque ‘Galaxy Leader’, de propiedad británica pero con bandera japonesa, y que sigue retenido en el puerto de Al Salif junto a sus 25 tripulantes; tomar rehenes está prohibido por el Derecho Internacional Humanitario y se considera un crimen de guerra.
HRW manifestó que los rebeldes, que declararon que este barco es israelí, no presentaron ninguna evidencia sobre objetivos militares a bordo y que el hecho de que sea propiedad de un empresario israelí no lo hace “un objetivo legítimo”.
Además del ‘Galaxy Leader’, los huthis han atacado otros cuatro cargueros de naturaleza civil y sin ninguna conexión con Israel, con excepción del buque ‘Strinda’, de bandera noruega y que sufrió un incendio tras el impacto de un misil lanzado debido a que “trasladaba petróleo a Israel”.
“El Mandeb es un estrecho entre Yemen, Yibuti y Eritrea que conecta el Golfo de Adén con el Mar Rojo, fronterizo con Israel y Palestina. El estrecho es una ruta marítima vital, ya que es la única forma de llegar por mar a Eritrea, Jordania y Sudán. La única otra forma de llegar a Israel/Palestina y Egipto desde los océanos Arábigo o Índico es rodear el cabo de Buena Esperanza, un viaje que lleva bastante más tiempo que atravesar el estrecho. Varios buques han desviado su rumbo debido a los ataques de los hutíes”, reza un comunicado de la ONG.
Según la Cámara Naviera Internacional, asociación comercial mundial de armadores y operadores, estos ataques representan “una violación flagrante del Derecho Internacional y de las normas marítimas”.
Por último, HRW explicó que desde que los rebeldes, apoyados por Irán, se hicieron con el control de Saná (capital yemení) en 2014, han violado el Derecho Internacional Humanitario de forma generalizada por ataques indiscriminados contra civiles y forzando su desaparición, entre otras acciones. El Gobierno yemení y la coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU) tampoco se libra de estas acusaciones.
“Los hutíes aún no han asumido su responsabilidad por el daño civil que han causado a quienes viven en Yemen. En lugar de llevar a cabo nuevos crímenes de guerra, deberían centrarse en lograr una paz duradera en su país”, añadió Page.
(Con información de Europa Press)