El lunes siguieron los intensos combates urbanos en la guerra más sangrienta de la historia de Gaza, en la que murieron más de 18.200 palestinos y 104 soldados israelíes, en medio de una crisis humanitaria cada vez más grave.
A medida que avanza su ofensiva contra Hamas, lanzada tras la brutal masacre del grupo terrorista del 7 de octubre, Israel instó a los civiles a buscar refugio en el extremo sur, pero el ejército ha seguido atacando objetivos en todo el territorio. La ONU calcula que 1,9 millones de los 2,4 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados. Aproximadamente la mitad son niños.
En un intento de reducir los daños contra la población civil, el ejército israelí ha publicado complejos mapas que dividen Gaza en cientos de zonas aparentemente seguras e inseguras, pero los palestinos afirman que son confusos y de difícil acceso en medio de los cortes de electricidad y telecomunicaciones. Lynn Hastings, coordinadora humanitaria de la ONU para los territorios palestinos, dijo hoy que la medida era inadecuada. “La declaración unilateral de una potencia ocupante de que son ‘zonas seguras’ donde no hay infraestructuras, alimentos, agua, atención sanitaria ni higiene no significa que sean seguras”, afirmó.
El conflicto también ha devastado los servicios sanitarios, y sólo 14 de los 36 hospitales de Gaza funcionan a pleno rendimiento, según la agencia humanitaria de la ONU OCHA.
Para buscar aliviar la situación, las autoridades de Israel confirmaron este lunes que abrirán el paso de Kerem Shalom, en la frontera con la Franja de Gaza y Egipto, para facilitar la entrada de ayuda humanitaria al enclave palestino, aunque de momento no ha dado plazos al respecto.
Sobre todo esto, Infobae habló con un teniente coronel israelí del COGAT (Coordinador de Actividades del Gobierno en los Territorios), la autoridad militar israelí encargada de los territorios palestinos. El oficial, cuya identidad no puede ser revelada por razones de seguridad, se desempeña en la división de 98 del ejército israelí en la zona de Khan Younis, la mayor ciudad del sur de la Franja, que el ejército israelí ataca desde hace días. Explica que su trabajo es “prevenir una crisis humanitaria”. Entre otras tareas, se encarga de que las Fuerzas de Defensa sepan donde están los refugios de los civiles y los hospitales, coordinar las evacuaciones de civiles palestinos y ser un intermediario con las organizaciones y países que envían ayuda humanitaria a la Franja.
—¿Cuál es la situación militar en Khan Younis en este momento?
—Estamos al principio del ataque. Estamos ingresando a Khan Younis y estamos tratando de disminuir el daño a la población inocente. Nuestro problema es que Hamas se oculta entre entre civiles inocentes y eso hace todo más complicado.
—Según varios medios internacionales, las tropas israelíes se estaban acercando al hospital de Nasser, que es el principal de la ciudad. ¿Cómo van a abordar la situación en este hospital, en el que hay miles de civiles refugiados?
—En este momento no estamos ocupándonos del de ese hospital. A pedido de otros países, como Egipto, hay hospitales temporarios que se han abierto para dar una forma de de ayuda médica, ya que sabemos que en los hospitales también hemos encontrado terroristas.
—¿Va a ser algo parecido a la operación en el hospital Al Shifa de la ciudad de Gaza?
—No estamos ocupándonos del Nasser. Pero puede ser que lleguemos a eso.
—Y en cuanto a la infraestructura civil, como los sistemas de suministro energético y abastecimiento de agua, hay informes que hablan de una creciente ausencia de servicios básicos en el sur. ¿Cómo es actualmente la situación?
—No le puedo mentir que la situación es ideal. Mi trabajo es prevenir una crisis humanitaria. Intentamos proveer todo lo que hace falta. Por ejemplo hay un ducto de agua lleva agua a la Franja de Gaza desde Israel y las tropas tienen prohibido tocarlo para que no se dañe. Buscamos que el agua, la comida, las donaciones que llegan de distintas partes del mundo, lleguen todos los días. Y que todo lo que se necesita a nivel médico también llegue a los hospitales. A través de COGAT tenemos contactos directos con los hospitales, así que sabemos bien qué es lo que le hace falta y tratamos de que llegue. Ese es mi mi trabajo, coordinar en mi zona y en paralelo también con otras.
—¿Pero es es manejable la situación? Porque por ejemplo hay 1,3 millones de palestinos refugiados en 154 instalaciones del Organismo de Obras Públicas de Naciones Unidas. Entonces se habla de una situación de fuerte hacinamiento. La OMS advirtió sobre un colapso del sistema sanitario y un creciente riesgo de enfermedades.
—Israel no pidió esta guerra. Israel el 7 de octubre se despertó con una masacre. Y estamos ya desde hace años amenazados con misiles de Hamas y Hamas es el grupo terrorista que se está ocultando desde hace años en medio de la población civil. No hay otra forma de sacarlo que entrar a estos lugares. Hacemos todo lo posible para que gente, que no tiene nada que ver y es inocente, pueda escapar. Antes que entraran las tropas, avisamos que íbamos a entrar. Les pedimos a la gente, marcamos zonas donde pueden desplazarse y estar seguros. Sí, es verdad, la situación es muy muy complicada, pero es Hamas que está ocultándose detrás de los civiles.
—Hay zonas seguras, pienso por ejemplo a Al Mawasi, que las organizaciones humanitarias dicen que en realidad no son seguras porque hay mucha gente hacinada y no hay ningún servicio de base.
—Al Mawasi fue marcado desde el principio por Israel como la zona más segura y pedimos a la gente que fuera ahí. Pusimos carpas, hicimos distintas cosas y Hamas fue el que se negó en un principio a permitir que la gente se ubique ahí. La prueba es que al final, cuando entramos a los refugios, encontramos armas y misiles dirigidos hacia Israel. Tenemos zonas seguras para la vida de la gente. Hemos marcado toda una ruta a través de la cual puede pasar todo lo que se necesite. Y ese es nuestro trabajo: coordinar. Estamos todo el tiempo coordinando con los grupos humanitarios cómo hacer llegar las cosas. Claro, hubiera sido mejor tener otra situación. Estamos en una situación de guerra y estamos tratando de evitar una crisis humanitaria.
—¿Y con qué organizaciones coordinan la ayuda?
—En general con Estados Unidos y organizaciones como las agencias de la ONU, Médicos Sin Fronteras o la Cruz Roja.
—Martin Griffiths, el coordinador de la ayuda de emergencia de Naciones Unidas, dijo que en Gaza “no hay ningún lugar seguro”. ¿Qué responde a esta afirmación?
—Mi opinión es que la situación en Gaza es muy, muy complicada. Hay zonas que nosotros nos aseguramos que sean seguras para la población. Cuando las tropas tratan de entrar, por ejemplo, en Khan Younis tratamos o revisamos las zonas en una forma muy, muy cuidadosa. Sabemos exactamente cómo hemos dividido la ciudad y sabemos en cada cuadra en la que avanzamos si está evacuada. O sea, avisamos de antemano de que vamos a entrar. El ejército israelí está tratando todo el tiempo de evitar dañar a gente inocente. Es más, en medio de la guerra siempre vamos analizando si hay cosas que no deberían pasar. Tratamos de aprender cómo podemos hacerlo mejor y ajustamos el trabajo del ejército. Justamente para no dañar o no afectar a gente inocente.
—¿Cuáles son algunas lecciones que aprendieron y las cosas que fueron ajustando en estos dos meses?
—Por ejemplo, una vez esperamos un día más antes de lanzar un ataque porque vimos que la población no había evacuado. Suspendimos la entrada del Ejército. La frenamos. Dimos otras 24 horas para para evacuar a la gente. Revisamos una y otra vez la los lugares que sabemos que son refugios.
—Los países árabes y responsables de organizaciones humanitarias dicen que esta ofensiva podría dejar a los civiles palestinos sin ninguna otra opción que no sea abandonar Gaza. ¿Es un riesgo real? ¿Israel busca evitar esta situación?
—Israel no intenta sacar a la población de Gaza. Trata de defenderse, quiere defenderse y sacar el grupo Hamas que anuncia diariamente de que Israel no tiene el derecho de existir como país. Esta es la declaración de Hamas. Israel ha salido de Gaza y durante años, también gracias a otros países, permitió el ingreso de cemento, de todo, para que se construya y se desarrolle. Y en vez de desarrollarse, [Hamas] fue armando un ejército frente a Israel, sin ayudar a su propia población. Israel no quiere quedarse en la Franja de Gaza como para gobernarlo, pero ¿quién la va a manejar? Es toda una pregunta política a qué acuerdos se llegará y quién tomará la responsabilidad de esa zona.
—¿Cuánto estiman que puede durar todavía la ofensiva?
—No lo sé. Si se rinden, liberan a los rehenes (todavía tenemos más de 135 rehenes en mano de Hamas), puede terminar mañana.