El Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso este jueves sanciones a 13 entidades e individuos por facilitar fondos a los rebeldes hutíes de Yemen gracias a la venta y envío de productos en el marco de una amplia red de financiación respaldada por los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
“Los hutíes continúan recibiendo fondos y apoyo por parte de Irán y el resultado no es sorprendente: ataques contra infraestructura civil y barcos comerciales, lo que perturba la seguridad marítima y amenaza el comercio internacional”, dijo el subsecretario del Tesoro para terrorismo e inteligencia financiera, Brian E. Nelson.
Las sanciones afectan a Bilal Hudroj, que colaboró con un profesional financiero huthi con sede en Irán, Said al Jamal -quien tiene una red de financiación y ya está sancionado por Washington- para realizar transferencias a través de su empresa Hodroj Exchange, en Líbano, que también ha sido incluida como sancionada.
Las restricciones se extienden además a una empresa turca, Pirlant, del mercado de las divisas que ha facilitado las transferencias a Hudroj, así como a su dueño, Ahmet Duri, según un comunicado del Departamento del Tesoro estadounidense.
En la ‘lista negra’ aparece también un empresario conocido como Fadi Deniz, quien habría financiado los buques utilizados para el envío de productos a la red de Al Jamal. Tanto él como su empresa, Deniz Capital Maritime Inc, han sido sancionados.
De la misma forma, están incluidas en la lista las empresas Vanessa Imed Group, con sede en Turquía y Líbano; OOO Russtroi-SK, con sede en Rusia y Vanessa Group Limited, así como Deniz Capital LLP, estas últimas dos con sede en Turquía.
Estados Unidos ha incrementado su régimen de sanciones debido a los ataques que los hutíes han llevado a cabo contra buques estadounidenses en el mar Rojo, así como contra territorio israelí en represalia a las operaciones militares en la Franja de Gaza.
Quiénes son los hutíes
Los rebeldes hutíes arrasaron desde su bastión del norte de Yemen y se apoderaron de la capital, Saná, en 2014, iniciando una guerra cruenta. Una coalición liderada por Arabia Saudí intervino en 2015 para tratar de restaurar en el poder al gobierno de Yemen, exiliado y reconocido internacionalmente.
Años de combates sangrientos e inconclusos contra la coalición liderada por Arabia Saudí desembocaron en una guerra por satélites estancada entre Arabia Saudí e Irán, que ha causado hambre y miseria generalizadas en Yemen, el país más pobre del mundo árabe. La guerra ha matado a más de 150.000 personas, entre combatientes y civiles, y ha provocado uno de los peores desastres humanitarios del mundo, con decenas de miles de muertos más.
El alto el fuego que técnicamente terminó hace más de un año se sigue respetando en gran medida. Arabia Saudí y los rebeldes han realizado algunos intercambios de prisioneros, y en septiembre se invitó a una delegación hutí a unas conversaciones de paz de alto nivel en Riad, en el marco de una mayor distensión que el reino ha alcanzado con Irán. Aunque informaron de “resultados positivos”, todavía no hay una paz permanente.
Ataques a barcos
Los hutíes han atacado esporádicamente barcos en la región a lo largo del tiempo, pero los ataques han aumentado desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamas y se han recrudecido tras una explosión el 17 de octubre en un hospital de Gaza que causó numerosos muertos y heridos. Los líderes hutíes han insistido en que Israel es su objetivo.
Tras los ataques del fin de semana, el portavoz militar hutí, general de brigada Yahya Saree, declaró que el grupo quiere “impedir que los barcos israelíes naveguen por el Mar Rojo (y el Golfo de Adén) hasta que cese la agresión israelí contra nuestros firmes hermanos de la Franja de Gaza”.
Uno de los buques comerciales atacados el domingo -el Unity Explorer- tiene un tenue vínculo israelí. Es propiedad de una empresa británica que cuenta entre sus directivos con Dan David Ungar, residente en Israel. Los medios de comunicación israelíes identificaron a Ungar como hijo del multimillonario naviero israelí Abraham “Rami” Ungar. Pero no están claras las conexiones de Israel con otros barcos.