El ex primer ministro británico, Boris Johnson, pidió este miércoles disculpas por “el dolor y las pérdidas” causados por el covid-19, durante una investigación pública sobre su gestión durante la pandemia.
Johnson abrió su testimonio con una disculpa: “Entiendo los sentimientos de estas víctimas y sus familias y siento profundamente el dolor, las pérdidas y el sufrimiento de esas víctimas y sus familias”, dijo, aunque no perdón por ninguna de sus propias acciones.
Cuatro personas se pusieron en pie en el tribunal mientras hablaba, sosteniendo carteles que decían: “Los muertos no pueden oír tus disculpas”, antes de ser escoltadas a la salida por el personal de seguridad.
Johnson comenzó dos días de interrogatorio bajo juramento por los abogados de la investigación dirigida por el juez sobre su reticencia inicial a imponer una cuarentena nacional a principios de 2020 y otras decisiones fatídicas.
En su declaración, el ex primer ministro conservador defendió su gestión del COVID-19, afirmando que el Gobierno “se equivocó en algunas cosas”, pero hizo todo lo que pudo.
“Inevitablemente, en el transcurso de intentar manejar una pandemia muy, muy difícil en la que tuvimos que equilibrar terribles daños a ambos lados de la decisión, podemos haber cometido errores”, dijo Johnson. “Inevitablemente, nos equivocamos en algunas cosas. Creo que hicimos todo lo que pudimos en aquel momento”.
Protestas de las familias
Johnson había llegado al lugar de la investigación al amanecer, varias horas antes de la hora prevista para que subiera al estrado, evitando así una protesta de familiares de algunas de esas víctimas.
Entre los que esperan respuestas de la investigación se encuentran familiares de algunas de las más de 230.000 personas que murieron en el Reino Unido tras contraer el virus. Un grupo se reunió frente al edificio de oficinas donde se celebró la investigación, algunos con fotos de sus seres queridos.
Una pancarta decía: “Que se amontonen los cadáveres”, una declaración atribuida a Johnson por un ayudante. Otro cartel decía: “Johnson hacía fiestas mientras la gente moría”, en referencia a las reuniones realizadas en Downing Street, la residencia del primer ministro, en plena pandemia.
Johnson fue expulsado del cargo por su propio Partido Conservador a mediados de 2022 tras múltiples escándalos éticos, incluida la revelación de que él y miembros de su personal celebraron fiestas en las oficinas del primer ministro en Downing Street en 2020 y 2021, burlando las restricciones de cierre del Gobierno.
Declaraciones demoledoras de los testigos
Antiguos colegas, ayudantes y asesores han pintado un panorama poco halagüeño de Johnson y su gobierno durante semanas de testimonio en la investigación.
El ex asesor científico jefe Patrick Vallance afirmó que la ciencia “embaucaba” a Johnson. En diarios que se han visto como pruebas, Vallance también dijo que Johnson estaba “obsesionado con que las personas mayores aceptaran su destino”.
El ex asesor Dominic Cummings, ahora un feroz opositor a Johnson, dijo que el entonces primer ministro preguntó a los científicos si soplarse un secador de pelo en la nariz podría matar el virus.
La ex alta funcionaria Helen McNamara describió una cultura “tóxica” y machista dentro del gobierno de Johnson, y el secretario del gabinete Simon Case, el funcionario de mayor rango del país, calificó a Johnson y a su círculo íntimo de “básicamente salvajes”.
El Reino Unido tiene una de las tasas de mortalidad por COVID-19 más altas de Europa, con el virus registrado como causa de muerte de más de 232.000 personas.
Johnson accedió a finales de 2021 a llevar a cabo una investigación pública tras la fuerte presión ejercida por las familias en duelo. Se espera que la investigación, dirigida por la jueza jubilada Heather Hallett, dure tres años, aunque a partir del año que viene se publicarán informes provisionales.
La investigación se divide en cuatro secciones, y la fase actual se centra en la toma de decisiones políticas. La primera fase, que concluyó en julio, analizó la preparación del país ante la pandemia.
Johnson ha presentado una declaración por escrito a la investigación, pero no ha entregado unos 5.000 mensajes de WhatsApp de varias semanas clave entre febrero y junio de 2020. Estaban en un teléfono que Johnson tuvo que dejar de usar cuando se supo que el número había estado disponible públicamente en Internet durante años. Johnson dijo después que había olvidado la contraseña para desbloquearlo.
Un portavoz de Johnson dijo que el ex primer ministro no había borrado ningún mensaje, pero un “problema técnico” significaba que algunos no habían sido recuperados.
(Con información de AP y AFP)