Expertos franceses en la lucha contra el terrorismo han indicado que el atacante francés de origen iraní que asesinó anoche a una persona y herió a otras dos en París tenía vínculos con el homicida del profesor Samuel Paty, muerto a machetazos en 2020 a manos de un joven islamista de origen checheno en un incidente que volvió a despertar la amenaza del terrorismo yihadista en el país.
Los especialistas del Centro para el Análisis del Terrorismo han indicado al diario ‘Le Figaro’ que el atacante, identificado como el ciudadano francés Armand Rajabpur-Miyandoab, de origen iraní, mantenía vínculos con el asesino de Paty, Abdulaj Anzorov, y con otros “elementos islamistas” como Adel Kermiche, que mató al padre Jacques Hamel.
Esta célula, disuelta en la primavera de 2012, quería “establecer un califato” en Francia y en 2016 planeó un atentado en La Défense, operación por la que Thibaut fue condenado a cinco años de prisión.
Rajabpur-Miyandoab, de 26 años y originario de Neuilly-sur-Seine, según fuentes policiales citadas por BFMTV, declaró durante su arresto a la Policía que “ya no podía soportar que los musulmanes murieran tanto en Afganistán como en Palestina”.
Según el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, la Inteligencia francesa lo conocía por su islamismo radical y presenta “importantes trastornos psiquiátricos”.
El caso Paty
Samuel Paty, profesor de historia y geografía, fue asesinado el 16 de octubre de 2020 cerca de su escuela en un suburbio del noroeste de París por un joven de 18 años de origen checheno que se había radicalizado. El atacante, a su vez, fue abatido a tiros por la policía.
El nombre de Paty fue divulgado en las redes sociales después de un debate de clase sobre la libertad de expresión durante el cual mostró caricaturas publicadas por el periódico satírico Charlie Hebdo, que desencadenó una masacre en la redacción por parte de extremistas en enero de 2015.
Seis adolescentes serán juzgados el lunes en París por su presunto papel en la decapitación del maestro. Todas las audiencias se celebrarán a puerta cerrada, de conformidad con la legislación francesa sobre menores.
Entre los que van a juicio, una adolescente, que tenía 13 años en ese momento, está acusada de hacer acusaciones falsas al decir erróneamente que Paty había pedido a los estudiantes musulmanes que levantaran la mano y abandonaran el aula antes de mostrar las caricaturas. Más tarde dijo a los investigadores que había mentido. Ella no estaba en el salón de clases ese día y Paty no hizo tal pedido, según demostró la investigación.
Otros cinco estudiantes de la escuela de Paty, que entonces tenían 14 y 15 años, enfrentan cargos de concierto para delinquir con el objetivo de preparar la comisión de violencia agravada.
Se les acusa de haber esperado a Paty durante varias horas hasta que salió del colegio y de haberlo identificado ante el asesino a cambio de promesas de pagos de 300 a 350 euros (348 a 406 dólares).
La investigación estableció que el atacante conocía el nombre del maestro y la dirección de su escuela, pero no tenía los medios para identificarlo.
(con información de EP)