Horror en el Reino Unido: descubrieron graves fallos en hospitales donde David Fuller violó a un centenar de cadáveres

Según una investigación, el electricista condenado por dos homicidios cometió 140 violaciones contra los cuerpos de al menos 101 niñas y mujeres entre 2005 y 2020

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Foto sin fecha de David
Foto sin fecha de David Fuller y distribuida por la policía de Kent, en el Reino Unido (AP)

Una investigación por orden del gobierno del Reino Unido dijo este martes que encontró deficiencias graves en hospitales donde un electricista luego condenado por homicidio pudo tener relaciones sexuales con un centenar de cadáveres a lo largo de 15 años sin que lo detectaran.

La necrofilia de David Fuller salió a la luz en 2020 cuando la policía usó análisis de ADN para vincularlo con el asesinato de dos mujeres y halló millones de imágenes de abusos sexuales en su casa. Las imágenes incluían videos en los que tenía sexo con los cadáveres de mujeres y niñas en las morgues de dos hospitales del sureste de Inglaterra donde trabajaba.

“Los delitos cometidos por David Fuller eran realmente escandalosos”, dice el informe de 308 páginas. “Sin embargo, las deficiencias de gerencia, gobernanza, regulación y procesos y la falta persistente de curiosidad contribuyeron a la creación del ambiente en el que pudo cometerlos”.

“Esta no es solamente la historia de un supervisor de mantenimiento eléctrico que es un truhan. Las víctimas de David Fuller y sus parientes se vieron defraudadas reiteradamente por las personas de todos los niveles encargados de protegerlas y cuidarlas”.

Fuller, de 69 años, cumple prisión perpetua sin posibilidades de libertad condicional por dos homicidios. Al mismo tiempo, purga una pena de 12 años por decenas de casos de necrofilia en una escala sin precedentes en una corte británica, según el fiscal.

El objeto de la investigación fue descubrir cómo Fuller pudo salirse con la suya durante tanto tiempo e impedir que vuelva a suceder.

El momento de la captura
El momento de la captura de David Fuller en noviembre del 2020

Fuller, que tenía antecedentes penales como ladrón que nunca reveló en los papeles del trabajo, fue contratado en el ahora clausurado Hospital de Kent y Sussex dos años después de que matara a Wendy Knell, de 25 años, y a Caroline Pierce, de 20, en dos ataques separados en la ciudad de Tunbridge Wells en 1987. Aquellos crímenes no se resolverían hasta 33 años después, cuando pasó a trabajar en el Hospital Tunbridge Wells, en Pembury.

Según la investigación, Fuller cometió 140 violaciones contra los cuerpos de al menos 101 niñas y mujeres -de entre 9 y 100 años- entre 2005 y 2020. Había pruebas fotográficas o de video con fecha y hora de cada caso.

La investigación, dirigida por Jonathan Michael, ex director ejecutivo del NHS, formuló 17 recomendaciones, entre ellas que se instalaran cámaras de vigilancia en el depósito de cadáveres y en la sala post mortem, y que los trabajadores que no estuvieran en el depósito de cadáveres y los contratistas fueran acompañados al depósito de cadáveres por otro miembro del personal.

Miles Scott, que se convirtió en director ejecutivo de Maidstone y Tunbridge Wells NHS Trust en 2018, dijo que la gran mayoría de las recomendaciones del informe se habían puesto en práctica y que otras se cumplirían pronto. Dijo en un comunicado que estaba “profundamente apenado por el dolor y la angustia” de las familias de las víctimas de Fuller.

Según el informe, Fuller cometió sus crímenes de forma descarada, arriesgándose durante las horas de trabajo, cuando otros empleados se encontraban en el depósito de cadáveres. La investigación dijo que no podía determinar cómo había podido llevar a cabo los abusos durante las horas de trabajo sin ser descubierto.

“Resulta difícil de creer no sólo que se arriesgara a cometer el delito durante las horas normales de trabajo en el depósito de cadáveres, sino también que pasara desapercibido para el personal del depósito que, según se nos ha informado, estaba presente en el departamento”, señala el informe.

Fuller, que ocasionalmente tenía que realizar tareas de mantenimiento en el sistema de refrigeración del depósito de cadáveres, entraba habitualmente en el departamento -hasta 444 veces en un año- sin ser interrogado debidamente, según la investigación.

David Fuller
David Fuller

Fuller dijo que seleccionaba a sus víctimas consultando un libro de registro. Evitaba las que morían de una infección o algo parecido al COVID-19, según el informe.

Los familiares de las víctimas entrevistados por la investigación, pero no identificados en el informe, manifestaron su estupor cuando supieron lo que les había ocurrido a sus seres queridos y hablaron de lo difícil que había sido seguir adelante después.

Un viudo dijo que no se atrevía a contárselo a sus familiares.

“El impacto en mi familia ha sido inexistente, porque no lo saben”, dijo el hombre. “Básicamente me ha robado 25 años de recuerdos felices. ... Cualquier cosa que me recuerde a mi esposa también me recuerda lo que David Fuller le hizo”.

Muchos se preguntaron cómo Fuller pudo salirse con la suya cuando las cámaras de vigilancia están tan extendidas por todo el Reino Unido. Algunos dijeron que habían perdido la confianza en la dirección del NHS, y al menos un familiar pidió el despido del director general.

“Sé que no están vivas, pero son personas vulnerables”, dijo la hija de una de las víctimas. “Así que, ¿por qué demonios se permite a alguien que es un subcontratista entrar y salir de ese edificio a todas horas del día sin tener algún tipo de supervisión? Me parece una pérdida de confianza absolutamente vergonzosa”.

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