El aumento de las tensiones entre China y Taiwán alcanzó un nuevo pico este sábado, con la detección por parte de las autoridades taiwanesas de una significativa presencia militar del régimen chino cerca de la isla.
Según informes del Ministerio de Defensa de Taiwán, a las primeras horas de la mañana se registró la incursión de diez cazas y cinco buques de las Fuerzas Armadas de China en el espacio aéreo y marítimo de Taiwán, un movimiento que no ha pasado desapercibido por Taipéi.
En respuesta a las amenazas militares de Xi Jinping Taiwán desplegó patrullas aéreas y marítimas, además de activar varios sistemas de misiles terrestres, en un esfuerzo por supervisar y contrarrestar cualquier avance de las fuerzas chinas. Tres de los aviones de Beijing cruzaron la línea media del estrecho de Taiwán, entrando en la zona de identificación de defensa aérea de la isla, un acto que podría interpretarse como una provocación a las autoridades taiwanesas.
La línea media es una demarcación no oficial aceptada tácitamente por Taipéi y Beijing en las últimas décadas pero que los cazas chinos acostumbran ya a rebasar desde hace un año en sus incursiones, que se han convertido en rutinarias en los últimos meses.
El ministerio de Defensa ha denunciado el “acoso militar” de China, y ha advertido que las fuerzas armadas de Taiwán se mantienen “alerta y preparadas para hacer frente a cualquier contingencia”. Además, ha instado al régimen de Beijing a “asumir su responsabilidad” y “detener de inmediato este tipo de acciones unilaterales y destructivas”.
La situación con Beijing se ha visto agravada por recientes eventos diplomáticos, incluyendo la visita de la ex presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, y una posterior visita de una delegación taiwanesa a Washington.
Tras la guerra civil en China, que culminó en 1949 con la derrota de las fuerzas nacionalistas del Kuomintang frente al Partido Comunista, Taiwán se ha mantenido como una entidad separada, aunque China la considera parte de su territorio.
A pesar de la reanudación de las relaciones a nivel empresarial e informal a finales de los años 80, las tensiones políticas y militares han persistido, a menudo exacerbadas por la influencia y las relaciones internacionales de ambas partes.
Se considera que las maniobras militares de China tienen como objetivo derribar la moral taiwanesa, agotar a sus pilotos y otro personal y desgastar su equipo. A pesar de eso, el estatus actual de independencia de facto sigue siendo muy popular entre los votantes de la isla y el presupuesto de defensa se ha incrementado para comprar nuevo equipo a Estados Unidos, su principal aliado, y para producir algunos artículos localmente, incluidos submarinos.
Este último incidente no solo subraya la fragilidad de la paz en la región, sino que también pone de manifiesto la importancia de la diplomacia y el diálogo en la gestión de conflictos internacionales. Con la comunidad internacional observando de cerca, el desarrollo de estos eventos podría tener implicaciones significativas para la estabilidad en el este de Asia y, potencialmente, para el equilibrio geopolítico global.
(Con información de Europa Press)